Miles de personas se reunieron el sábado en el pueblo de Didim, en la provincia de Aydin, en el oeste de Turquía, para despedirse de la activista turco-estadounidense Aysenur Ezgi Eygi, asesinada el pasado 6 de septiembre por un disparo directo en la cabeza ejecutado por un militar israelí durante una protesta contra la expansión de asentamientos israelíes ilegales en Nablus, en la Cisjordania ocupada.
Aysenur, de 26 años y convertida en un símbolo de compromiso con la causa palestina, se encontraba en Cisjordania como miembro del Movimiento de Solidaridad Internacional (ISM, por sus siglas en inglés). El colectivo propalestino ha revelado, citando a testigos presenciales, que los soldados israelíes dispararon y mataron intencionalmente a Eygi.
La activista fue enterrada en Didim con honores de Estado y amplia presencia de autoridades, quienes reiteraron la voluntad del país de hacer rendir cuentas al régimen sionista.
El presidente del Parlamento turco, Numan Kurtulmus, aseguró en un discurso durante el funeral que Turquía “pedirá cuentas a los asesinos de Aysenur ante todos los tribunales internacionales”.
Asimismo, criticó duramente al presidente estadounidense, Joe Biden, por haber afirmado el martes pasado que la muerte de Eygi “fue aparentemente un accidente”. El inquilino de la Casa Blanca afirmó que la bala que mató a la activista “rebotó en el suelo y la alcanzó por casualidad”. Kurtulmus aseguró que la autopsia demuestra que la activista murió por un disparo directo.
Por su parte, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, quien anteriormente prometió garantizar que “la muerte de Aysenur Ezgi no quede impune”, aseguró el sábado que Ankara llevaría a Israel a los tribunales por el caso.
“Rendirán cuentas los responsables de lo que ocurre en Gaza. Por supuesto, pediremos cuentas a Israel por matar a unos 41 000 hermanos nuestros de Gaza, así como a nuestra ciudadana Aysenur Ezgi Eygi”, dijo Erdogan.
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