En un comunicado emitido este jueves, el Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS) ha enfatizado que el discurso del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en el que llama a nunca repetir el Holocausto nazi es incoherente con los crímenes genocidas cometidos en la Franja de Gaza durante los últimos 19 meses.
“Quienes derramaron lágrimas de cocodrilo por las víctimas del nazismo se han convertido en los autores de uno de los holocaustos más horrendos de la era moderna, en el que los palestinos de Gaza son quemados vivos en refugios, bajo los escombros de sus hogares y enterrados vivos en campos de refugiados, hospitales y escuelas. Este holocausto no requiere cámaras de gas; se ejecuta con las armas occidentales más modernas, a la vista de todo el mundo”.
Gaza hoy es el Auschwitz del siglo XXI, sus cenizas son palestinas, el perpetrador es sionista, y muchos desvían la mirada mientras hablan del “derecho a la legítima defensa”, en una de las expresiones más grotescas de hipocresía política y moral, ha aseverado HAMAS.
El miércoles por la noche, Netanyahu dijo durante un discurso en la ceremonia en recuerdo del Holocausto nazi que “Israel no se atará de manos ante la presión internacional”, refiriéndose a los llamados insistentes a parar la guerra de exterminio que está librando contra los palestinos en la Franja de Gaza.
Netanyahu también aseguró que su gabinete no aceptará dictados y que ningún país le impedirá ajustar cuentas con HAMAS. “Si nos vemos obligados a actuar solos, lo haremos”, agregó el premier sionista, sobre quien pesa una orden de captura internacional por crimenes de guerra.
El movimiento de Resistencia palestino ha hecho hincapié en su comunicado que las declaraciones de Netanyahu respaldan un enfoque genocida y son una clara justificación de los crímenes de guerra. “Resistir el genocidio sionista es un deber humano y moral para todas las personas libres del mundo”, concluye HAMAS.
Más de 51 300 palestinos han muerto como resultado del genocidio israelí en Gaza, desde octubre del año pasado. De esta cifra, al menos 1800 han perdido la vida desde que Israel retomó los combates el 18 de marzo, rompiendo unilateralmente la tregua en vigor desde mediados de enero.
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