La directora general de la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF), Raquel Ayora, ha denunciado este jueves el nivel de violencia sistemática contra civiles desarmados en la guerra contra Gaza, aseverando que rara vez han visto semejantes escenarios en los casi 54 años de las actividades de la institución.
“Los puntos de distribución del GHF, que se hacen pasar por ayuda, se han convertido en un laboratorio de crueldad. Esto debe acabar ya”, ha criticado.
En un informe titulado “Esto no es ayuda. Es un asesinato orquestado”, MSF ha catalogado los centros de la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF, por sus siglas en inglés), fundida en febrero con el respaldo de la Administración del presidente estadounidense Donald Trump y el régimen israelí, como “un grupo proxy israelí-estadounidense que ha militarizado la distribución de alimentos”.
En este sentido, se ha referido a los informes de sus clínicas en las regiones de Al Mawasi y Al Atar, en el sur de Gaza, sobre la condición de las víctimas atendidas en dichos centros. Ha detallado que en Al Mawasi, el 11 % de los heridos, procedentes del punto de distribución 2 de GHF, fueron baleados en la cabeza y el cuello, y el 19 %, en el pecho, el abdomen y la espalda.
“Los patrones distintivos y la precisión anatómica de estas lesiones sugieren claramente que se trató de ataques intencionados contra personas dentro y alrededor de los centros de distribución, y no de disparos accidentales o indiscriminados”, afirma al respecto, recalcando que la mayoría de las víctimas son niños ya que a menudo son los únicos varones de la familia que pueden recurrir una distancia de tantos kilómetros para alcanzar la zona de distribución de ayuda.
Desde que Israel comenzó su guerra genocida contra Gaza, el régimen ha asesinado al menos a 61 158 palestinos, incluidos 87 muertos durante el último día mientras buscaban ayuda humanitaria, y herido a 151 442, la mayoría de ellos niños y mujeres.
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