Por: Xavier Villar
Apuntes históricos sobre la relación entre Irán y la Resistencia palestina
Yaser Arafat se convirtió en el primer líder extranjero en visitar Irán después del triunfo de la Revolución Islámica. Sin embargo, la buena relación entre Irán y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) fue breve. La crisis de los rehenes en la embajada estadounidense en Teherán, en noviembre de 1979, fue el primer punto de desacuerdo entre ambas partes. Arafat se ofreció como mediador entre la administración estadounidense y el gobierno revolucionario iraní, pero este último se negó a colaborar.
Este primer desencuentro dio paso a la ruptura total de relaciones a raíz de la guerra que enfrentó a Irán con Irak, la cual duró 8 años, desde 1980 hasta 1988. En un primer momento, Arafat se volvió a ofrecer como mediador entre los dos países y presentó a Irán una propuesta de alto el fuego inmediato que los dirigentes de la República Islámica se negaron a aceptar por ser totalmente inaceptable desde un punto de vista político. Poco a poco, a medida que avanzaba el conflicto, Arafat se acercó cada vez más a Sadam Hussein, hasta que, en 1987, la OLP dio su apoyo total a Irak en su enfrentamiento con Irán.
A pesar del desencuentro absoluto entre Irán y la OLP, la República Islámica continuó apoyando la causa palestina y diferenciando entre la postura de la OLP y la justicia política de la causa.
A raíz de este desencuentro con la OLP surge la necesidad de buscar nuevos aliados en Palestina.
A principios de los años 80, nace la organización Yihad Islámica Palestina, fundada por Fathi Shaqaqi. Después de un período en el cual estuvo cerca de las propuestas pan-arabistas de Yamal Abdel Naser, el propio Shaqaqi confesó que el éxito de la Revolución Islámica en Irán le supuso un despertar a la causa islamista y revolucionaria. A raíz de esta experiencia, Shaqaqi adoptó el modelo revolucionario iraní en su lucha contra la ocupación israelí. Bajo esta misma influencia revolucionaria, se fundaron las Brigadas al Quds en 1981. En 1987-88, la Yihad Islámica tuvo un papel principal en el estallido de la primera Intifada.
Tras el estallido de la Intifada, las células de la Yihad Islámica se convirtieron en objetivos principales para los israelíes. Figuras clave y líderes de la Yihad Islámica fueron encarcelados o forzados al exilio, y tanto Shaqaqi como otros líderes fueron expatriados a Líbano en 1988. Aunque la expulsión de la cúpula de la Yihad Islámica creó un vacío entre sus miembros en la Franja de Gaza, también generó un nuevo impulso para que su liderazgo se acercara más a la República Islámica de Irán.
Esta nueva situación permitió reforzar el vínculo ideológico, político y organizativo de la Yihad Islámica con Irán.
El respaldo de Irán se convirtió en la principal fuerza habilitadora detrás de la Yihad Islámica y otros palestinos exiliados en Líbano. Este apoyo permitió a la Yihad Islámica desarrollar una infraestructura en Líbano y Siria, lo que incluyó la creación de campos de entrenamiento, el desarrollo de capacidades militares y la asistencia en la publicación de la literatura del movimiento.
Se puede decir, por tanto, que Shaqaqi presentó un nuevo modelo discursivo entre los activistas palestinos al resaltar la importancia de la Resistencia islámica revolucionaria como una alternativa más fiable al discurso nacionalista de la OLP y otros grupos seculares. Es importante señalar que la Yihad Islámica sigue siendo el grupo palestino con más afinidades ideológicas con Irán.
Además, no se puede dejar de señalar que los Acuerdos de Oslo firmados en 1993 por la Autoridad Palestina, dominada por la OLP, fueron vistos por Irán y sus aliados islamistas en Palestina como una traición a la causa palestina. Esto alejó definitivamente cualquier intento de acercamiento entre Irán y la Autoridad Palestina, que a día de hoy continúa siendo vista como “colaboracionista” con la ocupación.
Por otro lado, la primera Intifada estalló después de los enfrentamientos entre miembros de la Yihad Islámica y tropas israelíes. Después de escapar de la Prisión Central de Gaza, cuatro de los seis miembros fugitivos de la Yihad Islámica fueron asesinados en una emboscada israelí. El 8 de diciembre de 1987, estallaron manifestaciones masivas y la indignación del pueblo palestino se extendió por todo el territorio ocupado. Según el académico Khaled Hroub, en la noche siguiente, la Oficina Política de los Hermanos Musulmanes en Gaza se reunió y acordó que la reacción del pueblo ante la agresión israelí demostraba la necesidad de dar máxima prioridad a la lucha contra la ocupación colonial. Este fue el acto fundacional de HAMAS —Harakat al-Muqawama al-Islamiya, en árabe—.
El 28 de septiembre del año 2000, la visita de Ariel Sharon, ex primer ministro israelí, al Haram al-Sharif, el tercer lugar más sagrado del Islam, bajo una fuerte protección de las fuerzas armadas israelíes, desencadenó la segunda intifada y unió a los palestinos como nunca antes. Al mismo tiempo, provocó una mayor coordinación entre Irán, Hezbolá y la Resistencia Palestina.
El 26 de enero de 2006, HAMAS obtuvo una victoria abrumadora en las elecciones legislativas de Gaza. En diciembre de ese mismo año, Ismail Haniya, el líder político de HAMASy el primer ministro palestino reconocido por la organización, se dirigió a un numeroso grupo de iraníes durante su visita a la Universidad de Teherán, donde reafirmó la vía revolucionaria de inspiración iraní al decir: “nunca reconoceremos al gobierno sionista usurpador y continuaremos nuestra yihad hasta la liberación de Al-Quds (Jerusalén)”.
En el año 2012 se produjo una crisis en el seno del Eje de Resistencia —el nombre dado a los diferentes estados y grupos no estatales que comparten la misma visión política islámica y anti-occidental. La dirección política de HAMAS se trasladó de Siria a Egipto y Catar, e Ismail Haniya anunció su apoyo al levantamiento contra el gobierno de Bashar al-Asad. A pesar de esto, las autoridades de la República Islámica evitaron cualquier crítica directa a HAMAS y mantuvieron abiertos todos los canales de comunicación entre ambos. En la actualidad se puede hablar de “reconciliación” entre HAMAS y Al-Asad, gracias a la mediación iraní y de Hezbolá, lo que ha conseguido mantener intactas las capacidades de coordinación del Eje de Resistencia.
Estas capacidades se pusieron de manifiesto durante el ataque israelí contra Gaza, enmarcado en la llamada 'Operación Pilar Defensivo' en 2012. El enfrentamiento entre la Resistencia Palestina e Israel, que duró 8 días, comenzó después del asesinato de Ahmad al-Jabari, comandante en jefe de las Brigadas Ezzedin Al-Qassam, la rama militar de Hamas, en un ataque con misiles en la ciudad de Gaza. Durante los ocho días de resistencia, los movimientos islámicos palestinos demostraron la capacidad de contraatacar a Israel.
Una de las implicaciones más destacadas de la guerra en Gaza en 2012 fue la reacción palestina al apoyo iraní. Un ejemplo de esto fue la colocación de grandes vallas publicitarias por parte de HAMAS en tres importantes cruces de carreteras en Gaza, que llevaban el mensaje ‘gracias Irán’ en árabe, inglés, hebreo y farsi.
Por último, el ataque de HAMAS el pasado 7 de octubre volvió a poner de manifiesto la relación estrecha entre Irán y el grupo palestino al evidenciar que ambos continúan viendo la región en términos políticos similares. En este sentido, es importante señalar que la colaboración y coordinación entre ambos no implica una subordinación estratégica de HAMAS hacia la República Islámica. Irán ha enfatizado que la coordinación y el apoyo, tanto militar como económico, que brinda a HAMAS no significan que HAMAS carezca de autonomía en la toma de decisiones. Varios líderes militares iraníes, incluido el asesor especial en asuntos militares del Líder de la Revolución Islámica, Yahya Rahim Safavi, han explicado que la noción de que Irán dio luz verde al grupo palestino es contraria al concepto central que define el Eje de Resistencia. Este eje consta de estados y actores no estatales completamente autónomos pero coordinados entre sí.
Desde un punto de vista político, el apoyo a la Resistencia Palestina se ha convertido en una ventaja estratégica para Irán, ya que le ha permitido exportar su política de “liberación regional”. Gracias a esto, Irán se ha convertido en un poder regional. En palabras del ex presidente del Parlamento iraní, Qolam Ali Haddad Adel, en una comparecencia pública: “La República Islámica es poderosa y popular en la región porque defiende la independencia de la región y se opone a la dominación occidental”.
Al mantener esa política de independencia con respecto a Occidente, Irán cree que no puede ser “chantajeado” como sucede con los aliados occidentales en la región. La República Islámica considera, precisamente por esto, que su política exterior es un modelo a seguir por el resto de países de la región.
En conclusión, tanto la República Islámica como los grupos palestinos de la denominada ‘Resistencia’ comparten una visión política-epistémica común de Israel como una entidad usurpadora y una creación colonial. Desde la perspectiva iraní, la centralidad de Palestina no solo justifica el apoyo inquebrantable a HAMASy la Yihad Islámica, sino que también moldea toda la política exterior de la República Islámica.