Mohseni Eyei, junto a altos miembros del Poder Judicial iraní, ha visitado este domingo el mausoleo del gran fundador de la República Islámica de Irán, el Imam Jomeini (que en paz descanse), situado en el sur de Teherán, capital, para rendirle homenaje y renovar su compromiso con los ideales de la Revolución Islámica.
Durante su discurso en la ceremonia, la autoridad judicial iraní ha puesto de relieve que la Revolución Islámica eliminó la grandeza de las entidades arrogantes y deshonró a todos los que supuestamente defendían al pueblo.
Mohseni Eyei ha dicho que los enemigos han sido derrotados y han fracasado en todas las conspiraciones que han tenido durante los últimos 46 años para derrocar y detener el avance de la República Islámica de Irán, pero no han renunciado a su odio y terquedad, y hoy están más enojados que nunca.
“El enemigo ha fracasado en su derrocamiento hoy y no ha podido reducir la profundidad e influencia de las palabras de los imames de la revolución en el mundo. Por eso, con su imperio propagandístico y mediático, se esfuerza por encubrir los logros de la revolución. nuestro sistema y destacar sus deficiencias y carencias. También aceptamos que hay debilidades y deficiencias, pero el intento del enemigo es resaltar estas cuestiones para decepcionar a nuestro pueblo”, ha señalado.
Ha remarcado que los enemigos ya han admitido en sus conversaciones privadas que la República Islámica de Irán es poderosa. El pueblo iraní no es pasivo y defenderá su revolución y la República Islámica siempre que sea necesario
El pueblo iraní festeja desde el viernes la ‘Década del Alba’, que comprende el periodo de diez días que va desde el regreso del Imam Jomeini a Teherán del exilio en París, capital de Francia (1 de febrero de 1979), hasta el triunfo de la Revolución Islámica (11 de febrero de 1979). De hecho, la nación iraní conmemorará este año el 46.º aniversario del triunfo de su Revolución Islámica.
El Imam Jomeini fue un teólogo y un clérigo destacado en el mundo chií que dedicó varios años de su vida a enfrentarse al régimen monárquico de Pahlavi.
Pasó 14 años en el exilio, sobre todo en la ciudad santa de Nayaf (Irak). Pero, también tuvo que vivir en países, como Turquía y Francia, antes de volver a Irán. A su regreso, fue recibido por millones de personas en Teherán.
Su vuelta intensificó las protestas populares contra el régimen dictatorial de Pahlavi, lo que provocó su caída diez días después.
La Revolución Islámica, que arrojó al basurero de la historia al potentado angloamericano Pahlavi, es vista hoy como una poderosa fuerza imparable en la región de Asia Occidental y en todo el mundo.
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