• El portavoz de la Cancillería iraní, Esmail Baqai.
Publicada: jueves, 6 de marzo de 2025 10:59

Irán dice que el Reino Unido debe rendir cuentas por formular acusaciones sin fundamento en su contra sobre la supuesta intervención de Teherán en sus asuntos internos.

“El Gobierno británico insiste en su mentalidad irracional y vengativa respecto a los iraníes, con el objetivo de encubrir sus crímenes, tanto como patrocinador del genocidio del pueblo palestino, como apoyo al terrorismo anti-iraní, cuyo antecedente se remonta al golpe de estado del 19 de agosto de 1953 contra el gobierno elegido por el pueblo iraní, y que nunca será olvidado por nosotros”, ha señalado este jueves el portavoz de la Cancillería iraní, Esmail Baqai, en una publicación.

El diplomático ha reaccionado a las acusaciones hechas por funcionarios británicos de que la República Islámica amenaza supuestamente la seguridad nacional del Reino Unido.

Ante tal coyuntura, el ministro de seguridad británico, Dan Jarvis, anunció el martes que “todo el Estado iraní, incluidos los servicios de inteligencia, el Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica y el Ministerio de Inteligencia, será incluido en el nivel más alto del nuevo esquema de registro de influencia extranjera” debido a sus supuestas actividades agresivas.

 

Baqai, por su parte, ha tachado de “una proyección ridícula acusar” a Irán de algo en lo que el Reino Unido “es experto: ¡interferir en los asuntos internos de las naciones!”.

Sin embargo, el vocero de la Diplomacia persa ha remarcado que “ya no estamos en el siglo XIX” cuando el imperio británico era el imperio colonial más extenso de la historia y dominaba buena parte del globo.

Ha avisado que, en la actualidad, formular acusaciones sin fundamento contra otros le costaría muy caro a Londres. “Cualquier gobierno que haga acusaciones infundadas contra el pueblo iraní o realice acciones hostiles contra ellos, deberá rendir cuentas”, matiza.

El propio Baqai reaccionó el miércoles a las acusaciones de Londres contra Teherán, destacando el compromiso de Irán con los principios de la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional, en particular los principios de respeto mutuo y no interferencia en los asuntos internos de otros países.

Instó además a los funcionarios británicos a abandonar sus políticas erróneas contra Irán y a cesar el apoyo y promoción del terrorismo, en lugar de insistir en políticas de confrontación y acusaciones infundadas contra la República Islámica.

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