Las manifestaciones han alcanzado niveles nunca antes vistos en la era democrática de Guatemala, el Gobierno sufre un desgaste cada vez mayor bajo señalamientos de corrupción y aunque en todas las manifestaciones la ciudadanía pide la renuncia del presidente, Otto Pérez Molina, él dice que no lo hará porque contraviene la Constitución del país.
Es que un claro ejemplo del despertar de los indignados son quienes han permanecido por varios días encadenados a las puestas del Palacio Nacional en protesta por los niveles de corrupción en el país, evidenciados con el desmantelamiento de una estructura de defraudación aduanera donde estaban involucrados altos funcionarios de Gobierno y salpica a la vicepresidenta, Roxana Baldetti.
A pesar de la negativa del Gobierno a reconocer las manifestaciones se han convocado nuevos plantones para exigir la renuncia del binomio presidencial y su sometimiento a las autoridades correspondientes.
Miguel Salay, Ciudad de Guatemala.
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