“La posición según la cual se pone como condición la renuncia de un presidente legítimo de un país miembro de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) para la entrega de ayuda a la población de esta nación es paradójica”, denunció el jueves la portavoz de la Cancillería rusa, María Zajarova.
Al mismo tiempo, consideró tal condición como una “especie de chantaje” por parte de Francia, país que, a juicio de Zajarova, ha perdido completamente el concepto de los valores humanitarios.
La posición según la cual se pone como condición la renuncia de un presidente legítimo de un país miembro de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) para la entrega de ayuda a la población de esta nación es paradójica”, denuncia la portavoz de la Cancillería rusa, María Zajarova.
El pasado 15 de marzo, el canciller de Francia, Jean-Marc Ayrault, en su discurso sobre Siria en el Instituto del Mundo Árabe (IMA) en París, capital gala, afirmó que Europa está dispuesta a ayudar al proceso de recuperación de Siria, pero solo a condición de que Al-Asad deje el poder.
Las palabras del canciller francés coincidieron con el 6º aniversario de la interminable guerra en Siria, que, según las estimaciones del opositor Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), ya ha dejado más de 465 000 muertos y desaparecidos.
A inicios del año en curso Al-Asad denunció en una reunión con parlamentarios de la Asamblea Nacional de Francia que “la actual política exterior de Francia está desconectada de la realidad de la guerra en Siria” y que el apoyo de París a los terroristas no ha hecho nada, excepto agravar el conflicto armado en su país.
Francia en reiteradas ocasiones ha dicho que Al-Asad debe ser excluido de la transición política y de todas las soluciones para sacar de la crisis a Siria y ha pedido a otros países, como Rusia e Irán, que retiren su apoyo al Gobierno sirio y a la lucha de este contra el terrorismo.
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