“Es competencia desleal, un intento de excluir del mercado a un competidor de los productores estadounidenses con métodos que violan los principios del comercio internacional”, ha denunciado Peskov este viernes.
El portavoz ruso aludía a las sanciones impuestas ayer jueves por Washington, en el marco de su plan para agudizar las presiones contra Moscú, al Departamento de Desarrollo de Equipos chino por comprar a Rusia 10 cazas Sujói Su-35 en 2017 y sistemas de misiles antiaéreos S-400 en 2018.
Los nuevos embargos estadounidenses a China se enmarcan en la denominada Ley para Contrarrestar a los Adversarios a través de Sanciones (CAATSA, por sus siglas en inglés) de EE.UU., que no solo penaliza a las industrias y compañías rusas, sino que también advierte de castigos a las empresas de terceros países que quieran colaborar con Rusia.
Es competencia desleal, un intento de excluir del mercado a un competidor de los productores estadounidenses con métodos que violan los principios del comercio internacional”, dice el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, a raíz de las sanciones estadounidenses a una unidad militar china por la compra de armas y aviones rusos.
Peskov ha tachado las sanciones estadounidenses de “poco amistosas e impredecibles”, y ha añadido que dañan aun más las relaciones bilaterales entre Moscú y Washington, en el momento “deplorable” que están atravesando.
Según el político ruso, las “hostiles” medidas de EE.UU. se dirigen contra Rusia por lo “competitiva” que es la industria militar y armamentística del país euroasiático.
En línea con las declaraciones de Peskov, el ministro de Industria y Comercio de Rusia, Denis Manturov, ha asegurado este mismo viernes en una rueda de prensa que las restricciones estadounidenses empujan a Moscú y Pekín hacia una mayor cooperación.
Al desarrollar su postura, Manturov ha dicho que el Occidente está “insatisfecho” con el desarrollo de la industria en Rusia y China.
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