La operación antiterrorista de Damasco sigue en marcha en el sur del país, pese a advertencias de Estados Unidos. Y en la noche del sábado, la Fuerza Aérea de Rusia se unió al Ejército sirio y desde entonces han llevado a cabo más de 30 ataques contra las posiciones de los extremistas en la región.
Este domingo, los aviones de guerra rusos han vuelto a bombardear los puestos de las bandas ultraviolentas y armadas en el campo noreste de la provincia de Daraa (sur), según reporta el portal sirio Al-Masdar News.
Con esta ofensiva, la aviación rusa ha podido destruir las líneas de defensa de los extremistas cerca de la ciudad de Busra Al-Harir, allanando el camino de las fuerzas sirias hacia esa estratégica urbe.
Conforme indican los medios locales, una vez que Busra Al-Harir esté asediada, las fuerzas sirias presionarán a los terroristas y los llamados 'rebeldes' para que acepten negociar con el Gobierno y firmar un acuerdo de reconciliación.
Las fuerzas sirias, tras erradicación total de los terroristas en Damasco, la capital, y otros puntos claves del país, recientemente han centrado sus operaciones en las zonas sureñas del país, en concreto, en las provincias de Daraa, Al-Quneitra, Al-Sweida y zonas adyacentes.
El sábado, las fuerzas gubernamentales sirias lograron un gran avance, al recuperar siete ciudades que estaban en manos de la banda terrorista Junta de Liberación del Levante (Hayat Tahrir Al-Sham, en árabe) en Daraa.
Con la intensificación de los ataques antiterroristas, el Gobierno sirio presidido por Bashar al-Asad, desafía las amenazas de Estados Unidos y el régimen de Israel, que se oponen a operaciones en las áreas cercanas a los ocupados altos del Golán.
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