“Le acabo de dar la orden al ministro (de Justicia) Néstor Reverol (…) que, a partir de mañana, banco que sabotee el servicio al pueblo, sea detenido su gerente o su propio presidente”, comunicó el presidente Nicolás Maduro desde el Palacio de Miraflores, sede del Gobierno venezolano, según informan fuentes locales.
Maduro amenazó con arrestar a los dueños de bancos “a los que les falte efectivo en cajeros automáticos o directos de la agencia”, una vez que Caracas ha “repartido 350 millones de piezas de billetes de 50 bolívares”.
Le acabo de dar la orden al ministro (de Justicia) Néstor Reverol (…) que, a partir de mañana, banco que sabotee el servicio al pueblo, sea detenido su gerente o su propio presidente”, manifestó el presidente venezolano, Nicolás Maduro.
Asimismo, el dignatario dio a saber el arribo al país suramericano del segundo avión con 11 millones de billetes de 500 bolívares pertenecientes al nuevo cono monetario, para luego afirmar que estabilizará la situación monetaria del país.
Por otra parte, el jefe del Estado venezolano arremetió contra el Gobierno de Washington atribuyéndole la responsabilidad del saboteo de la estabilidad económica del país e indicó que EE.UU. ha "comprado gente" en puestos clave para crear crisis monetaria. El pueblo venezolano, sin embargo, ha hecho nulos todos sus intentos por destruir los avances logrados por la Revolución bolivariana, aseguró.
En concreto, Maduro cargó contra el presidente de la mayoritariamente opositora Asamblea Nacional (AN), Henry Ramos Allup, y dijo que el líder parlamentario "está llorando" porque la revolución frustró el plan contra la liquidez monetaria. “Bye, bye, sayonara, viejito loco, malvado, perverso”, dijo el presidente de Venezuela.
El Gobierno venezolano anunció el jueves que, en breve, devaluará la moneda y entrarán en circulación seis nuevos billetes de 500, 1000, 2000, 5000, 10.000 y 20.000 bolívares fuertes, con el objetivo de disminuir la inflación, de cerca del 750 %.
La eliminación del billete del 100 bolívares fuertes, asegura el Gobierno de Caracas, es una medida para detener a las supuestas mafias de billetes en la frontera con Colombia, que acaparan estos billetes para adquirir bienes subsidiados en Venezuela que luego revenden en el país vecino con enormes ganancias, aumentando al mismo tiempo la inflación en la República Bolivariana.
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