El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, mantuvo una conversación telefónica el miércoles con el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, y el Alto Comisionado de las Naciones Unidad para los Derechos Humanos (ACNUDH), Volker Turk, y pidió protección a los migrantes venezolanos que EE.UU. envío a El Salvador, según un comunicado emitido el viernes por la Cancillería del país.
El mandatario venezolano les ha recalcado a ambos funcionarios de la ONU la “necesidad de que el Sistema de Naciones Unidas asuma un compromiso firme en la garantía de los derechos de los venezolanos migrantes, velando por el cumplimiento del Derecho Internacional, en especial aquel que protege a las personas en condición de movilidad”.
En este contexto, ha exigido a la ONU “asegurar la liberación inmediata y sin condiciones de los 238 compatriotas injustamente detenidos en los campos de concentración de El Salvador, donde han sido encarcelados sin ningún tipo de proceso judicial y privados de su derecho a la defensa”.
Maduro ha comparado la situación de los venezolanos secuestrados con un acto de persecución que evoca los crímenes del régimen nazi de Adolfo Hitler.
De acuerdo con el comunicado, tanto Guterres como Turk se comprometieron a “activar todos los mecanismos disponibles para restablecer, lo antes posible, los derechos flagrantemente violados de los migrantes venezolanos”.
Maduro reafirmó la “determinación del Gobierno Bolivariano de no descansar hasta garantizar el regreso seguro de cada compatriota, injustamente encarcelado”, a Venezuela.
Además, el presidente venezolano criticó el viernes a Estados Unidos por calificar a los migrantes venezolanos como miembros “de una pandilla de asesinos”.
Maduro señaló que le dijo a Turk que “los migrantes venezolanos son doblemente víctimas”, explicando que “en Venezuela fueron víctimas de las sanciones y la guerra económica (de EE.UU.), que los obligó a migrar como migrantes económicos”, y ahora son “víctimas de un bochorno” cuando Washington los califica de “miembros de una pandilla de asesinos, el Tren de Aragua, que fue derrotada” por Venezuela.
Aseveró que Washington pretende calificar a “toda la migración venezolana como una migración de delincuentes.
El pasado lunes, varios de los 200 migrantes venezolanos repatriados ese día desde Honduras denunciaron abusos físicos y psicológicos mientras estaban bajo custodia del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos antes de su deportación.
En 3 de febrero, EE.UU. anunció que El Salvador aceptó recibir a migrantes deportados por Washington, así como acoger a los que tildó como “peligrosos criminales” presos estadounidenses.
Por su parte, el presidente de El Salvador enfatizó que “es un acuerdo muchísimo mayor que no tiene precedentes en la historia de las relaciones, no solo de Estados Unidos con El Salvador, sino creo que con toda América Latina”.
Asimismo, añadió que la acogida de delincuentes deportables en las cárceles se haría a cambio de una tasa. “La tasa sería relativamente baja para EE.UU., pero significativa para nosotros, haciendo sostenible todo nuestro sistema penitenciario”, afirmó.
Con este acuerdo, El Salvador prácticamente está haciendo un gran negocio con las deportaciones de migrantes desde EE.UU., acelerado por la administración del presidente estadounidense Donald Trump.
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