En un discurso televisivo ofrecido el lunes, el mandatario filipino, Rodrigo Duterte, advirtió que su país no puede hacer nada para terminar con la presencia de China en su Zona Económica Exclusiva (ZEE), no obstante, enfatizó estar dispuesto a luchar y reclamar los recursos minerales e hidrocarburos —que se hayan bajo superficie marina del área mencionado— si el gigante asiático comienza a explotarlos.
“Ahora no me interesa tanto la pesca. No creo que haya suficiente banco de peses para discutir. Pero cuando empecemos a extraer, cuando empecemos a obtener […] nuestro petróleo, en ese momento enviaré mis barcos allí para reclamarlo”, remarcó.
Asimismo, puso énfasis en que Manila sumará todos sus esfuerzos para hacer valer los reclamos sobre los recursos contenidos en la ZEE del país, la cual fue reconocida por la Corte Permanente de Arbitraje (CPA) del Tribunal Internacional de La Haya (Países Bajos) en 2016.
Duterte puntualizó que la cuestión del mar de Filipinas Occidental seguirá siendo un asunto para siempre, hasta que Manila considere que la coyuntura respecto a este contencioso en un futuro sea idónea para que decida retirar sus demandas territoriales contra China.
El mar de la China Meridional sirve de puerta de entrada a las rutas marítimas mundiales. Vietnam, Taiwán, Filipinas, Malasia y Brunei, al igual que China, reclaman partes de ese mar. Pekín reclama como suyo casi un 90 % del territorio en litigio en etas aguas.
China considera que países como Filipinas aprovechan el apoyo de EE.UU. para aumentar la tensión en la zona y acusando a Washington de tratar de dominar estas aguas e intervenir en las disputas para atizar las tensiones regionales.
En este mismo contexto, EE.UU., que se alinea sistemáticamente con los rivales de Pekín en la disputa marítima, desde el pasado 12 de abril está llevando a cabo unas maniobras conjuntas en Filipinas, en un claro desafío a China.
ftn/krd/mkh