Se trata de un hecho que pone de relieve la creciente división del oficialismo en el país andino. La izquierda en Bolivia está más polarizada que nunca.
Luego de 30 años de liderazgo, el expresidente Evo Morales ha hecho oficial su renuncia al oficialista Movimiento al Socialismo mediante un poder notariado en Cochabamba.
Esto ocurre una semana después de que Evo anunciara su candidatura para las presidenciales de agosto bajo el paraguas del Frente Para la Victoria, en su intento de volver al poder con un cuarto mandato. Esto a pesar de estar inhabilitado por un fallo constitucional que solo permite dos mandatos. Sin embargo, para el líder cocalero de 65 años, la reelección indefinida es un "derecho humano".
Evo Morales lleva atrincherado desde octubre en el Trópico de Cochabamba, su bastión político en el centro del país, rodeado de sus seguidores; pues sobre él pesa una orden de aprehensión por no presentarse a citaciones judiciales por un presunto abuso a una menor con quien habría tenido una hija en 2016, mientras ejercía la presidencia.
La división en el MAS comenzó tras la crisis política de 2019, después de que Morales renunciara a la Presidencia y se exiliara en México y Argentina. A la vuelta al país a finales de 2020, ha criticado a Arce por lo que considera una mala gestión de su legado. A su vez, Arce lo acusa de traidor por aliarse con la derecha para desestabilizar el país y paralizar la economía.
kmd/mkh
