Un grupo de agentes del Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) registró el miércoles la residencia y la oficina, ambas en Manhattan, de Giuliani y confiscó varios dispositivos electrónicos.
Si bien hasta el momento no hay procesos legales formales en contra de Giuliani, este controvertido exalcalde neoyorquino es investigado, desde hace meses, por supuestas actividades de cabildeo en Ucrania, donde, en concreto, podría haber abogado a favor de funcionarios y empresarios ucranianos ante el Gobierno de Trump en 2019.
La Fiscalía de New York trata de probar si el abogado habría presionado a Ucrania para que entregara información comprometedora sobre los negocios energéticos del ahora presidente de EE.UU., Joe Biden, y su hijo Hunter Biden en ese país europeo, con el propósito de usar esos datos a favor de la candidatura de Trump en las presidenciales de 2020.
Según una publicación de The New York Times, la requisa tiene lugar después de que altos funcionarios de la Administración Trump hubieran evitado que se diera un paso crucial en la investigación sobre Giuliani, retrasando una orden de registro de sus archivos electrónicos.
Estas revelaciones envolvieron a Giuliani en el escándalo conocido como ‘ucraniagate’, que condujo al sometimiento de Trump a un juicio de destitución (impeachment), que el exmandatario sorteó con éxito.
Tras las elecciones que dieron el triunfo a Biden, Giuliani defendió a capa y espada a Trump, denunciando incluso que los comicios fueron amañados a favor del actual presidente.
Por su parte, el abogado de Giuliani, Robert Costello, declaró que el allanamiento fue un “bandidaje legal” para “hacer que él [Rudy] pareciera una especie de criminal”.
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