“Todas las compras de petróleo o productos petroquímicos iraníes deben detenerse de inmediato! Cualquier país o persona que compre cualquier cantidad de petróleo o productos petroquímicos de Irán quedará sujeto inmediatamente a sanciones secundarias de EE.UU. No se les permitirá comerciar con Estados Unidos de ninguna forma, manera o modalidad”, escribió Trump en su red social.
Las declaraciones del presidente Trump se producen en un contexto de aparente contradicción, dado su historial de discursos a favor de la diplomacia y del diálogo con la República Islámica de Irán.
La administración Trump ha impuesto nuevas sanciones contra Teherán, dirigidas específicamente a entidades vinculadas al comercio de hidrocarburos, entre ellas una terminal de almacenamiento de crudo en China y una refinería independiente acusada de participar en el comercio ilícito de petróleo y productos petroquímicos iraníes. Esta medida forma parte de la reactivación de la campaña de “máxima presión” contra Irán, cuyo objetivo es eliminar por completo las exportaciones petroleras del país persa y obstaculizar el desarrollo de su programa nuclear.
Las autoridades iraníes han reiterado que estas sanciones se inscriben en una política fallida y criminal, y evidencian el enfoque contradictorio de los responsables políticos en EE. UU., así como su falta de buena voluntad y seriedad para avanzar por la vía diplomática.
Además, advirtieron que Estados Unidos deberá asumir la responsabilidad por las consecuencias y repercusiones derivadas de sus comportamientos contradictorios y de las declaraciones provocadoras de sus funcionarios en relación con Irán.
Las nuevas declaraciones de Trump se produjeron en un contexto en el que la cuarta ronda de negociaciones, prevista para el sábado 3 de mayo, fue aplazado por “razones logísticas”.
Hasta el momento, la República Islámica de Irán y Estados Unidos han celebrado tres rondas de negociaciones indirectas, con la mediación de Omán, centradas en el levantamiento de las sanciones y el programa nuclear iraní, y actualmente se preparan para una cuarta fase del diálogo.
En las nuevas negociaciones en curso, la República Islámica insiste en que el levantamiento de las sanciones debe generar beneficios económicos tangibles para el pueblo iraní y ha reafirmado que el derecho de Irán a enriquecer uranio es una línea roja.
Irán también ha enfatizado que Estados Unidos debe participar en las negociaciones con seriedad y evitar ceder ante las presiones del régimen sionista, cuyo objetivo es entorpecer el proceso.
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