“Hoy asestamos un golpe justo a los comerciantes de droga, traficantes de narcóticos y cárteles criminales”, señaló el miércoles el mandatario estadounidense al promulgar la “Ley Alto al Fentanilo”. Como en otras ocasiones, culpó a los políticos mexicanos por la crisis, en lugar de asumir la mala gestión del caos en su propio país.
Fue más allá al afirmar: “Las autoridades mexicanas están aterrorizadas. Les da miedo presentarse en sus oficinas, les da miedo ir a trabajar porque los cárteles tienen un control tremendo sobre México, sobre los políticos y sobre los funcionarios electos”. Por tanto, destacó que “debemos hacer algo al respecto; no podemos permitir que eso continúe”.
La ley promulgada este miércoles no modifica el manejo de fentanilo o sustancias relacionadas, las cuales ya son estrictamente reguladas en Estados Unidos, aunque sí establece una condena mínima para individuos acusados de tráfico de la sustancia adictiva.
El Centro de Control de Enfermedades reportó que las muertes por sobredosis de fentanilo se incrementaron de manera dramática durante el primer periodo presidencial de Trump, y continuaron esa tendencia, alcanzando unos 111 mil anuales en los primeros años de Biden. Pero el número de muertes por fentanilo se desplomó por un 30 por ciento durante los últimos 16 meses de la administración Biden para llegar a 76 mil.
El fentalino, un opio sintético altamente letal, ha causado decenas de miles de muertes por sobredosis en EE.UU. en la última década. Gran parte de esta droga, según los funcionarios estadounidenses, ingresa desde México.
México siempre ha mantenido que parte del problema es la elevada tasa de consumo de drogas ilegales en el vecino norteño y a esto se refirió Trump al final de su evento, aunque a su manera. “La gente pregunta por qué tanto, porque tenemos dinero, somos más ricos que otros países”, justificó el mandatario.
Las tensiones entre Estados Unidos y México se han intensificado en los últimos meses, en gran parte por las declaraciones y acciones del expresidente Donald Trump. A las acusaciones de que el Gobierno mexicano está “bajo el control de los cárteles”, se suman propuestas polémicas como militarizar la frontera y la promesa de lanzar operaciones directas contra organizaciones criminales en territorio mexicano.
Trump también generó indignación al sugerir el cambio de nombre del Golfo de México por “Golfo de América”, afirmación que fue interpretada como un gesto hostil y una vulneración simbólica de la soberanía mexicana, exacerbando una relación bilateral ya marcada por disputas en materia comercial, migratoria y de seguridad.
Desde que regresó a la Casa Blanca, en enero, Trump ha convertido la guerra arancelaria en una de sus principales herramientas de presión económica contra todo el mundo. Ha impuesto tarifas punitivas a productos chinos en un intento por reducir el déficit comercial y frenar el ascenso tecnológico de Pekín, lo que desencadenó una escalada de represalias, México también ha sido blanco de amenazas y aranceles, utilizados como mecanismo de presión en temas migratorios.
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