Declarar actos de terrorismo para justificar el aparato de represión en contra de la ciudadanía. El tiroteo que dejó en condición crítica a dos miembros de la Guardia Nacional en Washington pasa a ser un tema de seguridad nacional. En las calles, ciudadanos y activistas apuntan a la ilegalidad de las acciones del Presidente, desde antes de este episodio de violencia.
Según el FBI y el Departamento de Justicia, el sospechoso del tiroteo padece de enfermedades mentales. No obstante, los medios allegados al status quo del trumpismo, desde ya, se han dedicado a demonizar, una vez más, a migrantes, musulmanes e individuos de color bajo estereotipo y sospecha.
Calles vacías, deshabitadas, en donde resuenan alarmas de policía y emergencias; en donde a los ciudadanos se les recomienda no ingresar a la ciudad durante ciertas horas y no por miedo a una supuesta ola de criminalidad, sino por miedo a las interacciones y brutalidad con las así llamadas agencias del orden. Es decir, el aparato represivo que Donald Trump mantiene en contra de sus propios ciudadanos.
La respuesta del Presidente Donald Trump ante el caso de los soldados de la Guardia Nacional en estado crítico, ha sido enviar un batallón adicional a la capital. Actvistas aseguran que esto podría convertirse un escenario aún más complicado, en donde la seguridad colapsa bajo el peso de diversos incidentes de violencia que se suman al malestar social.
Marcelo Ali Sánchez, Washington.
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