El Movimiento de la Resistencia Islámica de el Líbano (Hezbolá) llevó a cabo su ataque un día después de que Israel bombardeara el centro de Beirut, capital libanesa, dejando más de 20 muertos y 60 heridos, en uno de los episodios más mortales desde el reciente aumento de tensiones entre ambas partes a fines de septiembre.
Todos los ataques han sido reivindicados por la Resistencia libanesa, especialmente los dirigidos a la ciudad de Kfar Blum y, en particular, la base militar israelí de Shraga, situada al norte de Acre, donde se encuentra la “sede administrativa” de la brigada Golani que ha incursionado en el sur de Líbano.
La brigada Golani ha estado involucrada en todos los conflictos sangrientos librados desde entonces por Israel contra los países de la región, entre ellas las mortíferas y devastadoras guerras del régimen en Líbano en 2000 y 2006, hasta ahora, cuando Tel Aviv lleva a cabo una guerra genocida contra la Franja de Gaza y una escalada notablemente letal hacia el Líbano.
Asimismo, Hezbolá ha reconocido su participación en dos ataques cerca de Tel Aviv. Uno de los objetivos fue la base de Inteligencia de Gilot, que alberga la unidad de inteligencia militar 8200 de Israel. El otro ataque tuvo lugar al este de la ciudad, en Petah Tikva, donde tres personas resultaron heridas.
Además, Hezbolá afirmó que lanzó drones contra la base naval de Ashdod del ejército israelí, aunque aún no hay confirmación por parte de las fuerzas armadas israelíes.
Hezbolá dijo que las operaciones se habían realizado en apoyo del pueblo palestino de Gaza y en solidaridad con su noble y valiente Resistencia, así como en defensa de la soberanía nacional del Líbano y su pueblo.
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