Cuando este jueves el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, anunció que buscará la reelección en los comicios presidenciales de 2024, no le sorprendió a nadie. Era un secreto a voces que el mandatario, que llegó al poder con el partido Nuevas Ideas, no tiene la intención de abandonar la Presidencia. La magnitud de los cambios que el oficialismo implementaba y concentraba en él, todos los poderes, afirmaba que el joven líder del país aspira a quedarse mucho más de lo previsto.
El mandatario, aún, no ha revelado cómo piensa hacerlo. Según los abogados constitucionales la reelección consecutiva de un presidente es inconstitucional. Incluso, el propio Bukele, lo reconocía, antes de ascender al poder.
La posibilidad de que Bukele se inscriba como candidato a la Presidencia para 2024, nació de una sentencia de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, que en mayo de 2021 estableció que la decisión de que el presidente siga en su cargo recae en los electores. Para las organizaciones de DD.HH., el anuncio del jueves, es la intensificación de la deriva autoritaria del mandatario.
A pesar de críticas fuera de casa, debido a sus altos índices de popularidad, el mandatario ha podido llevar adelante su agenda sin fuerte oposición en el interior. Sin embargo, Lo que preocupa más es cómo actuaría Bukele, si con el tiempo, su aprobación bajara y el rechazo popular a sus medidas aumentaran, sobre todo en un país, cada vez con menos separación de poderes.
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