Según el Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán, en una llamada telefónica sostenida este miércoles, Abás Araqchi ha abordado con el jefe de la AIEA, Rafael Grossi, el estado más reciente de la cooperación técnica y la interacción entre las dos partes.
Araqchi ha recordado a Grossi que la Agencia Internacional de Energía Atómica debe operar dentro de sus deberes y responsabilidades y le ha instado a hacer caso omiso de las solicitudes irrazonables y la presión de ciertos países.
Ha reiterado asimismo el compromiso de Irán de seguir cooperando con la AIEA en el marco de sus obligaciones internacionales y en un ambiente técnico y con visión de futuro, diciendo que el organismo de control nuclear de la ONU debe evitar la politización y un enfoque poco constructivo.
Por su parte, Grossi ha destacado la determinación del organismo que dirige de entablar una interacción y cooperación serias con Irán, y ha afirmado que consultará con todas las partes en el marco de sus funciones para crear un entorno adecuado a fin de resolver cualquer cuestión en curso.
Irán asegura que siempre ha otorgado acceso a sus sitios nucleares cada vez que los supervisores de la AIEA lo han solicitado en el marco del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) y el Acuerdo de Salvaguardias.
Sin embargo, el 21 de noviembre, la Junta de Gobernadores de la AIEA aprobó una resolución, presentada por el Reino Unido, Francia y Alemania, que solicitaba un informe “exhaustivo” sobre las actividades nucleares de la República Islámica hasta la primavera de 2025.
Teherán había advertido que respondería de manera proporcional en caso de que se aprobara dicha resolución. En efecto, Irán comenzó a inyectar gas de uranio en sus centrifugadoras avanzadas de fabricación nacional, y reiteró que su programa nuclear pacífico del país es transparente y está bajo la supervisión de la AIEA.
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