• La Cruz Roja visitó el campamento de Abu Zenima en octubre de 1971. (Foto: Archivo de la Cruz Roja)
Publicada: jueves, 5 de agosto de 2021 16:56

Israel deportó a cientos de palestinos, en su mayoría mujeres y niños, a unos campos de detención en el desierto del Sinaí en 1971.

Una investigación de archivos desclasificados del régimen israelí realizada por la oenegé israelí Akevot revela que, en 1971, bajo estricto secreto, Israel construyó dos campos de detención en la península del Sinaí, a los que envió a cientos de palestinos, sobre los que no pesaba cargo alguno.

Niños, mujeres y hombres fueron transportados desde la Franja de Gaza por el ejército israelí y colocados en edificios improvisados en medio del desierto, bajo condiciones descritas como inhumanas, insoportables y por tiempo indeterminado. Así fue el cautiverio de más de 300 palestinos residentes en Gaza.

¿Los motivos? Diversos: para unos, ser familiares de miembros del Movimiento Palestino de Liberación Nacional (Al-Fatah). Para otros, el único crimen era ser jóvenes y estar desempleados.

La información había permanecido sepultada en los archivos del régimen durante medio siglo y salió a la luz en la última semana por gestiones de la oenegé israelí, que investigó durante años y finalmente consiguió desclasificar los documentos que confirman la existencia de dichos campos.

 

Uno de los campos se encontraba en Abu Zenima, en la costa occidental del golfo de Suez y a unos 300 kilómetros de Gaza que fue abierto hace cincuenta años, el 5 de enero de 1971, y el otro, en la localidad de Néjel, ubicada en el corazón del Sinaí, por entonces controlado por Israel, tras ser capturado a los egipcios, junto con la Franja de Gaza, en la guerra de 1967.

En uno de los reportes de la delegación del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), que visitó el campo en febrero de 1971, se dice que de los 140 gazatíes deportados al campo de Abu Zenima, 87 eran niños.

“Condiciones prácticamente inhumanas”, denunciaba el informe, que calificaba a las autoridades militares israelíes como “despiadadas” y precisaba que entre los detenidos había un bebé de 7 meses y una mujer de 80.

Los detenidos narran cómo soldados israelíes arrasaban sus casas, arrestaban a toda su familia y deportaban a sus seres queridos y vecinos del enclave a los campos del Sinaí, donde “no había espacio ni comida” y tenían prohibido realizar llamadas telefónicas. Según los testigos, decenas de presos murieron en esos sitios.

Lior Yavne, director de la oenegé que llevó a cabo la investigación, asevera a la agencia de noticias EFE que el objetivo del campo de Néjel era reducir la población palestina de la Franja de Gaza, territorio que en ese momento Israel confiaba en que se convertiría en parte de su territorio.

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