Ali Akbar Velayati, el asesor para Asuntos Internacionales del Líder de la Revolución Islámica de Irán, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, en una entrevista con el diario Financial Times publicada el lunes, dos días después de que Israel atacara algunas instalaciones militares en Irán, describió los ataques israelíes como “mucho ruido y pocas nueces”.
Afirmó que Irán nunca ha iniciado ninguna guerra, como lo atestigua la historia, y la contienda bélica entre Irán e Irak fue un claro ejemplo de esa política. Sin embargo, “enfrentaríamos un acto de agresión de una manera que haría que cualquier agresor se arrepintiera de lo que hizo”, subrayó Velayati.
El exministro de Asuntos Exteriores iraní acusó al régimen sionista de alimentar la inestabilidad regional. “En su papel de entidad belicista, el régimen (de Israel) tiene el potencial de incendiar la volátil región de Asia Occidental y crear la chispa que encendería el polvorín en esta zona”, avisó.
En referencia a la hipocresía de Estados Unidos respecto a Israel, Velayati señaló que “el apoyo directo e incondicional de Estados Unidos a Israel y sus llamados simultáneos a la desescalada a través de intermediarios son simplemente dos caras de la misma moneda”.
“Lo que [el presidente estadounidense Joe] Biden dice en voz baja, Donald Trump lo dice abiertamente. Tenemos experiencia en tratar con ambos y no tenemos un buen historial de negociaciones con Estados Unidos”, agregó.
En la misma línea, el veterano persa expresó que el Gobierno iraní está redefiniendo activamente un nuevo equilibrio en las relaciones con los países occidentales, orientales y en desarrollo. Irán da la bienvenida a la amistad con cualquier país, desde Europa hasta Asia o África, aseguró.
“La República Islámica está abierta a la cooperación con cualquier Estado occidental que busque una interacción genuina con Irán, siempre que respete la soberanía de Irán y nos trate como iguales”, destacó.
El sábado, los aviones de combate israelíes utilizaron el espacio aéreo controlado por Estados Unidos sobre Irak para disparar misiles contra instalaciones militares en las provincias iraníes de Teherán (norte), Juzestán (suroeste) e Ilam (oeste), en flagrante violación de la soberanía nacional del país persa.
El sistema integrado de Defensa Aérea logró interceptar y contrarrestar exitosamente el ataque, pero el acto agresivo causó daños limitados en algunas áreas, incluidos varios sistemas de radares. El ataque también se cobró la vida de cuatro miembros del Ejército y un civil.
Muchos países, entre ellos Arabia Saudí, Catar, Egipto, Siria, han condenado categóricamente la agresión israelí contra la nación iraní, calificándola una violación flagrante de la soberanía del país, al tiempo que han advertido de las secuelas de tales ofensivas provocativas.
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