“Después de la Revolución [Islámica de 1979], a lo largo de las décadas, los estadounidenses a menudo cometieron errores con respecto a las cuestiones iraníes”, ha subrayado este miércoles el ayatolá Jamenei, en una reunión mantenida en Teherán, la capital, con miles de ciudadanos de Qom, con motivo de la sublevación histórica del pueblo de esta ciudad iraní el 9 de enero de 1978 (19 de dey de 1356 del calendario persa) contra el régimen monárquico Pahlavi.
Según el ayatolá Jamenei, el Irán de la era Pahlavi “solía servir como una formidable fortaleza para los intereses estadounidenses”.
“Fue desde el corazón de esta fortaleza que nació y surgió la Revolución. Los estadounidenses no se dieron cuenta [de esto], fueron engañados, se quedaron dormidos y se volvieron inconscientes”, ha precisado el Líder de la Revolución Islámica. Esto fue “un error de cálculo de los estadounidenses” con respecto a Irán, según afirma.
Se ha dirigido a aquellos iraníes “que se sienten intimidados por las políticas de Estados Unidos”, y señalado que el país norteamericano ha recurrido a una guerra blanda contra la nación iraní, tratando de tergiversar las realidades sobre el poder y las capacidades de Irán a través de una campaña de desinformación.
En respuesta a las preguntas planteadas por algunos sobre por qué Irán negociaría con los europeos, pero no estaba dispuesto a entablar negociaciones directas con EE.UU., el Líder ha argumentado que ello se debe a que Washington siente un “profundo rencor” hacia Irán por el fracaso sufrido durante la Revolución.
“Estados Unidos perdió una gran riqueza, una enorme oportunidad política y económica con la Revolución Islámica. Además, durante estos más de cuarenta años, ha gastado mucho intentando recuperar a Irán de las manos de la Revolución Islámica y ponerlo nuevamente bajo su control, pero no lo ha logrado”, ha matizado.
Ha advertido que “EE.UU. no se rendirá fácilmente”, porque sufrieron una gran derrota en 1979 en Irán y “buscan compensarla”.
Por tanto, el ayatolá Jamenei ha llamado a las autoridades del país a velar solamente “por los intereses del país y los de la República Islámica”, sin considerar “los deseos y las posiciones de Estados Unidos ni de los sionistas”.
Los observadores describen la Revolución Islámica como una fuerza que llevó el movimiento anticolonial global al siguiente nivel, llamándola un símbolo de la lucha por un orden mundial justo y multipolar.
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