La agencia de noticias Mizan, vinculada al Poder Judicial de Irán, ha informado este martes que las sentencias de muerte se llevaron a cabo tras ser confirmadas por la Corte Suprema de Irán.
“Los acusados recibieron un juicio justo con representación legal y fueron condenados sobre la base de pruebas, confesiones y testimonios de testigos”, ha señalado la agencia.
Según funcionarios judiciales, los condenados fueron acusados de hacer la guerra contra Dios —un delito capital en Irán— mediante rebelión armada, terrorismo y posesión ilegal de armas militares.
Los hombres fueron detenidos tras un enfrentamiento mortal con el Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) en la frontera occidental de Irán en enero de 2018.
Tenían la intención de infiltrarse en Irán y llevar a cabo varios atentados terroristas contra civiles en el país.
El comandante de la Fuerza Terrestre del CGRI, el general de brigada Mohamad Pakpur, declaró en ese momento que algunos de los terroristas suicidas detonaron chalecos explosivos durante los enfrentamientos, y añadió que “tres de las fuerzas (iraníes) fueron martirizadas durante la operación”.
Las fuerzas de Inteligencia iraníes confiscaron un gran alijo de armas y explosivos del escondite de los terroristas, incluyendo una ametralladora y 50 granadas.
Las Fuerzas Armadas iraníes han frustrado muchos intentos de los terroristas y takfiríes para infiltrarse en el territorio iraní desde todas las fronteras del país, especialmente la occidental, para llevar a cabo acciones desestabilizadoras y ultraviolentas.
Irán también destaca su dominio de inteligencia en las fronteras como un componente efectivo en el campo de su capacidad de combate.
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