Expulsados, despedidos, violentados, encarcelados e incluso, asesinados. Tal es el destino de miles de estudiantes, facultativos y otros ciudadanos estadounidenses con conciencia que se han dedicado a protestar en contra el genocidio del pueblo palestino.
Con el regreso a las aulas, en las universidades de EE.UU, el movimiento en solidaridad con Palestina da reinicio a sus actividades. Buscan que las casas superiores de estudios dejen de colaborar y recibir contribuciones financieras provenientes del régimen sionista. El terrorismo israelí es algo “justificable”, en el contexto académico estadounidense.
Dicen que el precio de la verdad es la vida misma y en el país “de las maravillas” que se jacta de sus libertades, en realidad lo que prevalece es la represión pro sionista y pro genocida. En este sentido, en EE.UU, los centros educativos, instituciones y diversos estamentos de la sociedad están contaminados por capitales e ideologías del sionismo.
Y es que cuando los estadounidenses ven las imágenes de la campaña pseudo liberal del Partido Demócrata o sus contrincantes Republicanos, estos se preguntan ¿Cómo es posible que en nuestro propio país no somos capaces de criticar a la entidad terrorista de Tel Aviv?
Marcelo Ali Sánchez, Washington
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