En Siria, la eliminación de los aranceles sobre los bienes ha reducido drásticamente los precios, haciendo que los artículos que antes se contrabandeaban, sean asequibles para el público en general. Las condiciones del mercado están mejorando, especialmente con la flexibilización de las sanciones, lo que podría impulsar aún más la economía.
A pesar de la caída de los precios, el poder adquisitivo sigue siendo débil, ya que muchas personas tienen dificultades para satisfacer sus necesidades básicas. La corrupción del pasado y los altos costos de las materias primas, todavía pesan mucho en el mercado. Además, la ausencia de electricidad obstaculiza la producción, lo que se suma a los desafíos que enfrentan las empresas.
El levantamiento de las restricciones comerciales, ha impulsado la actividad comercial, fomentando la competencia entre los comerciantes. Este entorno competitivo es crucial para reducir los precios, lo que mejora el poder adquisitivo de los consumidores. Aunque aún es temprano, este desarrollo, es una señal prometedora para la estabilidad.
Mientras Siria se adapta a esta nueva realidad económica, el equilibrio entre los desafíos y las oportunidades emergentes, dará forma a su futuro. Los próximos meses son cruciales tanto para las empresas como para los consumidores.
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