El último ataque contra la localidad de Koayya, en Daraa, provocó una férrea resistencia por parte de los residentes locales, con saldo de mártires.
Los residentes resistieron ferozmente la expansión israelí sin precedentes, enfrentándose a las fuerzas que avanzaban y ofreciendo mártires y heridos en este contexto.
El gobierno sirio ha condenado el ataque, mientras que las reacciones internacionales siguen en aumento.
El pueblo de Daraa y el Golán ocupado reafirma su inquebrantable vínculo con Damasco. Ninguna presión, intimidación o incentivo israelí podrá cambiar esto. La resistencia es su derecho natural, consagrado en el derecho internacional.
Para los sirios, la historia ha demostrado que Israel solo entiende el lenguaje de la fuerza. Las condenas vacías y las resoluciones internacionales no expulsarán a la ocupación del territorio sirio. La juventud siria se niega a rendirse ante un ocupante que se nutre de la destrucción, y se solidariza con la resistencia en el sur.
A pesar de la tardía condena del interinato sirio, la ocupación israelí continúa intensificando su agresión. Sin embargo, para los sirios, el camino a seguir sigue claro: resistir hasta la victoria.
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