“El imperio creyó que en el 2024 podía dar un golpe definitivo en Venezuela e hicieron un doble juego”, expresó el viernes el presidente venezolano, Nicolás Maduro, en una entrevista exclusiva con el periodista, Ignacio Ramonet, realizada en el despacho presidencial del Palacio de Miraflores, en Caracas.
El mandatario bolivariano detalló que el plan conspirativo de Estados Unidos y sus aliados consistía en aplicar, por un lado, “la diplomacia de engaño”, y por el otro, promover el “resurgimiento de un brote de extrema derecha fascista” para enviar a Venezuela hacia su destrucción.
Mis comentarios sobre la entrevista de año nuevo con el Presidente Nicolás Maduro:https://t.co/wknYyjYVNo pic.twitter.com/4dxl7XY4kU
— IGNACIO RAMONET (@IRamonet) January 3, 2025
Hizo referencia a los diálogos entre Washington y Caracas en Barbados y Catar en los que el chavismo exigió un levantamiento incondicional de todas las sanciones de Estados Unidos sobre Venezuela, mientras que la Administración de Joe Biden pidió que las elecciones presidenciales del 28 de julio —en las que Maduro salió victorioso—sean “competitivas e incluyentes”.
Conforme a Maduro, durante las conversaciones EE.UU. con “falsas ofertas” buscó “ganar espacios”, para luego clavar “un puñal por la espalda”, o implementar chantajes con amenazas de invasión y de guerras económicas.
“Ellos creyeron que el 2024 era el año definitivo y aplicaron la diplomacia de engaño a partir de negociaciones que desarrollamos con el gobierno saliente de Joe Biden que ellos incumplieron plenamente”, comentó.
Dijo que mientras intentaban ganar tiempo con las conversaciones, “favorecieron, financiaron, apoyaron y promovieron el resurgimiento de un brote de extrema derecha fascista que controlara a buena parte de la oposición venezolana y que volviera a enrumbarla hacia una gran conspiración, el caballo de troya que necesitan para destruir a los países”.
El jefe de Estado venezolano señaló que su gobierno conoce todas las tramas del imperio estadounidense y sus aliados, por lo que logró desmadrar “el plan imperialista para tratar de destruir a la Revolución Bolivariana”, gracias al apoyo de las fuerzas populares y revolucionarias.
Según él, EE.UU. volvió a cometer el error de subestimar a las fuerzas populares y revolucionarias, al igual que lo hicieron durante el golpe de Estado de 2002 contra el entonces presidente Hugo Chávez.
“Creyeron que tenían el plan perfecto, pero […] no contaron con el inmenso poder que tiene el bloque histórico de la Revolución Bolivariana [...] que tiene una fusión perfecta entre el poder popular, el poder militar y el poder policial, es lo que llamamos la unión y la fusión cívico, militar, policial”, concluyó.
Tras la victoria en las urnas de Maduro el 28 de julio pasado, la ultraderecha de ese país, apoyada por EE.UU. y algunos países regionales y occidentales, orquestó un nuevo intento golpista y desestabilizador e incentivó una ola de violencia en la nación bolivariana.
ftm/ctl/hnb