El general de brigada Saleh Dirham Ramadi, comandante de la 129.ª Brigada de Infantería, afiliada al expresidente fugitivo, Abdu Rabu Mansur Hadi, murió durante fuertes intercambios de fuego con las fuerzas del Ejército yemení, apoyadas por los comités populares, en la provincia de Marib (centro-oeste), según informó el sábado el sitio web Yemen News.
En los enfrentamientos también sucumbió Saif Sanani, jefe adjunto de inteligencia del grupo terrorista Daesh, que engrosa las filas de las fuerzas leales a Arabia Saudí contra el Ejército yemení y el movimiento popular Ansarolá en el país árabe, agregó el informe.
Los choques tuvieron lugar en el oeste de la provincia estratégica y rica en petróleo de Marib, y continuaron hasta las últimas horas del sábado. Como consecuencia un sinnúmero de los terroristas y milicianos leales a Riad fue abatido por el Ejército de Yemen.
En los últimos meses, Marib se ha convertido en el escenario de feroces choques entre el Ejército de Yemen y los mercenarios al servicio de la llamada coalición liderada por Arabia Saudí que, desde marzo de 2015, lleva a cabo una campaña sin cuartel de agresiones contra el país más pobre del mundo árabe.
Ante el avance del Ejército yemení en esta importante provincia, la coalición saudí contrató a grupos terroristas, como Daesh y Al-Qaeda, para impedir que las Fuerzas Armadas de Yemen, apoyadas por Ansarolá, recuperen el control de la provincia de Marib y su capital homónima.
Una victoria de las fuerzas yemeníes en Marib supondría un duro golpe para la coalición saudí y sus mercenarios, que están experimentando múltiples reveses en todos los frentes.
La brutal campaña de violencia del reino árabe contra Yemen, respaldada por EE.UU. y los Emiratos Árabes Unidos (EAU), comenzó en marzo de 2015 para restaurar en el poder a Mansur Hadi.
Sin embargo, y a pesar de que la agresión y el bloqueo impuestos por Riad y sus aliados han convertido a Yemen en un “infierno”, creando la peor crisis humanitaria del reciente siglo, según las Naciones Unidas, el Ejército y comités populares han prometido seguir luchando hasta liberar no sólo Marib, sino todo el territorio yemení.
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