La ofensiva palestina ‘Tormenta de Al-Aqsa’ lanzada el 7 de octubre, que involucró 7000 cohetes disparados desde Gaza hacia las ciudades y asentamientos israelíes y la infiltración de cientos de combatientes palestinos en los territorios ocupados, obligó a las autoridades israelíes a evacuar más de una veintena de comunidades cercanas al enclave palestino.
Más de 60 000 residentes de 25 comunidades israelíes en el sur de los territorios ocupados fueron transferidos a refugios en otras ciudades por temor a los misiles del Movimiento de Resistencia Islámica Palestina (HAMAS).
Mientras continúa el conflicto y los misiles y cohetes de la Resistencia no han dejado un lugar seguro en los territorios ocupados, el 90 % de los desplazados israelíes han asegurado que no van a retornar a sus hogares, según informó el sábado el portal israelí Rotter.net.
Asimismo, el diario local The Marker anunció, citando a muchas familias evacuadas, que la mayoría de estos colonos no solo no quieren regresar a sus viviendas, sino que buscan abandonar la Palestina ocupada.
El movimiento HAMAS ha subrayado que la operación ‘Tormenta de Al-Aqsa’ es el comienzo del fin de la ocupación israelí de tierra y santidades palestinas.
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