Durante una entrevista este martes a la cadena Fox News, el presidente estadounidense ha subrayado que algunas de las causas principales del conflicto entre Rusia y Ucrania fue el deseo de Kiev de recuperar el control de la península de Crimea, así como de entrar en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
“[Las autoridades ucranianas] vinieron y dijeron: ‘Queremos recuperar Crimea’. Eso fue al principio […] Y lo otro que dijeron fue: ‘Queremos ser miembros de la OTAN’. Bueno, ambas cosas son imposibles, porque, de nuevo, mucho antes de Putin, Rusia o la Unión Soviética o lo que fuera ya habían dicho que ‘no’”, declaró Trump.
El magnate republicano ha asegurado que, desde Kiev siguieron insistiendo y pidieron a Estados Unidos la adhesión de Ucrania en la OTAN. “Y todos sabían que no se podía. Simplemente, no se puede hacer eso (…) [Los rusos] nunca lo habrían aceptado. Esto fue antes de Putin. Esto fue mucho antes de Putin. Esto fue simplemente un no, no”, ha recordado.
“Así que ellos no van a ser parte de la OTAN”, ha enfatizado el inquilino de la Casa Blanca, agregando que pese a entender que es una condición clave para que Rusia llegue a un acuerdo de paz con Kiev, hay naciones europeas que insisten en la membresía de Ucrania en el bloque.
Al asegurar que tiene una buena relación con Putin, el presidente estadounidense ha remarcado que lo más importante es “lograr resultados”.
En este contexto, ha dicho que espera que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, haga “lo que tiene que hacer” y muestre flexibilidad.
Según fuentes con conocimiento directo de la cumbre, como requisito para concluir el conflicto, Putin ha insistido en la retirada de Ucrania del Donbás, que comprende las provincias de Donetsk y Lugansk.
Aunque Lugansk está casi completamente bajo control ruso, Ucrania ha mantenido áreas clave de Donetsk, incluyendo las ciudades de Kramatorsk y Sloviansk.
Putin ha comunicado a Trump que, a cambio de Donetsk y Lugansk, detendría nuevos avances y congelaría el frente en las regiones del sur de Jersón y Zaporiyia, donde las fuerzas rusas han controlado áreas significativas.
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