Transcurridas dos semanas desde la caída de Damasco, la capital siria, como consecuencia de una ofensiva relámpago de grupos insurgentes que han tomado el poder, los miembros de la Resistencia iraquí, más conocida como Al-Hashad Al-Shabi se despliegan en el borde iraquí con Siria para contrarrestar cualquier posible amenaza.
Imágenes publicadas en medios locales indican muchos combatientes de la Resistencia iraquí armados con armas automáticas y vehículos militares con ametralladora montada desplegados en la frontera de 599 km con Siria.
Las Unidades de Movilización Popular se formó en el verano boreal de 2014, tras el colapso del Ejército iraquí entrenado por Estados Unidos, por la ofensiva relámpago del grupo terrorista Daesh al norte y oeste de Irak, incluida la ciudad de Mosul.
En 2016, Al-Hashad Al-Shabi se unió oficialmente a las Fuerzas Armadas gracias a una ley del Parlamento iraquí debido a los sacrificios que hizo en la lucha contra el terrorismo y el papel clave que desempeñó en el desmantelamiento de Daesh.
Sin embargo, la Resistencia iraquí ha estado bajo la presión del Gobierno estadounidense en las últimas semanas para que el Gobierno central iraquí disolviera el colectivo. Pero la cúpula política y religiosa iraquí se ha opuesto categóricamente a la solicitud estadounidense, matizando que Al-Hashad Al-Shabi sigue desempeñando un papel fundamental en la salvaguarda de la integridad territorial de Irak.
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