El primer ministro israelí, Yair Lapid, alegó que dicho pacto era un “reconocimiento” de facto de Israel por parte de El Líbano, pero el presidente libanés, Michel Aoun, afirmó que el acuerdo no tenía ninguna “dimensión política”.
El Líbano no quiso que su delegación tenga ningún contacto oficial con la de Israel, por lo que exigió que la ceremonia tenga lugar en salas separadas, y del intercambio de las opiniones se encargó el mediador estadounidense Amos Hochstein.
Para El Líbano, sumido en una profunda crisis económica, este acuerdo llega unos días antes de que finalice el mandato del presidente Aoun, sin que se haya encontrado un sucesor.
Es un acuerdo técnico, no una NORMALIZACIÓN
En la misma jornada del jueves, Michel Aoun aseguró que el acuerdo es puramente “técnico”, sin ninguna “dimensión política” ni consecuencias que contradigan la política exterior de El Líbano.
Por su parte, el profesor universitario y experto en derecho internacional Ali Fadlalá, en declaraciones a Press TV, dijo que el régimen israelí está tratando de aprovechar la situación para romper la negativa de los libaneses a la normalización, enviando periodistas y políticos entre los miembros de la delegación.
“El Líbano se negó rotundamente a tener civiles en la delegación, ya que se apega a sus políticas que se oponen a la normalización con el enemigo ocupante israelí”, afirmó el experto.
El Líbano reiteró con firmeza que el personal militar es el único calificado para formar parte de la delegación en lo que no se puede llamar conversaciones o discusiones, asegurando que se trata de una especie de ‘tratado’ o ‘acuerdo’ y que las dos delegaciones no se reunirán sino que estarán sentadas en salas separadas mientras el mediador hace el trabajo.
El Líbano dice que busca sus intereses, pero que nunca abandonará sus mandatos contra la normalización. Estos se basan en tres conjuntos de leyes conectados: el código penal libanés, la Ley de Boicot de 1955 y el Código de Justicia Militar.
La NO a la normalización también es una parte integral de la cultura de los libaneses. En varios eventos deportivos, incluso jugadores jóvenes y adolescentes se han retirado de las competencias y torneos internacionales para mostrar una posición firme contra la normalización.
El pasado mes de agosto, la libanesa Maggie Qassem Fawaz abandonó el 4.º torneo internacional de ajedrez en Abu Dabi después de que un sorteo la colocaba para enfrentarse a una rival israelí.
El papel fundamental de Hezbolá en el acuerdo
El pasado mes de febrero, Seyed Hasan Nasralá, secretario general del Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá), indicó que la postura de la Resistencia libanesa sobre el tema “se basa en el no reconocimiento de Israel, reafirmando la oposición de Hezbolá a cualquier conspiración para normalizar, cooperar o coordinarse con la ocupación israelí dentro del marco de demarcación fronteriza”.
En julio pasado, el líder de Hezbolá se comprometió a proteger los yacimientos de gas de El Líbano y evitar que el régimen de Tel Aviv los saquee, y a tomar medidas contra el buque perforador griego desplegado en la zona si continuaba robando el gas libanés.
Por su parte, el sheij Nabil Qauq, miembro del Consejo Ejecutivo de Hezbolá, avisó que tanto la Resistencia como sus sistemas de misiles estaban listos para atacar el yacimiento de gas de Karish o más allá.
Además, hay suficiente evidencia en las declaraciones de funcionarios y periodistas israelíes sobre cuán en serio el régimen israelí teme a Hezbolá y entiende bastante bien las dimensiones del asunto.
Los medios israelíes subrayan que el acuerdo de demarcación marítima con El Líbano demostró la debilidad del régimen de Lapid para proteger la invulnerabilidad del régimen de las amenazas de Hezbolá.
El ex general de brigada israelí Amir Avivi indicó el martes que Hezbolá ha obligado a Israel a someterse y arrodillarse. Por su parte, el analista político israelí Rafif Droker enfatizó que el régimen israelí habría retrasado el acuerdo marítimo con El Líbano durante 200 años si no hubiera sido por el poder militar de Hezbolá.
El papel de la Resistencia es fundamental para que El Líbano logre sus derechos legítimos en las zonas en disputa para extraer el gas en el mar Mediterráneo. Antes de alabar al negociador, debemos alabar el arma que respalda y protege al negociador y, por supuesto, este es un valor o concepción internacional en el mundo de las negociaciones, tal como lo expresó el sociólogo, historiador y comentarista político francés Raymond Aron.
Una nueva ecuación
La voluntad de los pueblos de la región se está volviendo más fuerte, y es mayor en el caso de defender sus recursos naturales, tal como lo demostró El Líbano al defenderse y lograr sus derechos en el Mediterráneo. Esto da a la gente de la región más valentía para seguir el ejemplo de El Líbano. Los pueblos de la región despertarán eventualmente y este es un punto esencial.
Además, el hecho de que importantes empresas internacionales estén dispuestas a extraer el petróleo de El Líbano es relevante, ya que permitirá a este país reactivar su economía, aprovechando sus recursos naturales.
Llegar a un acuerdo fue un proceso muy lento; se necesitaron 12 años para llegar al punto de hoy, y eso se logró cuando Hezbolá mostró al enemigo su poderío militar y el régimen de Tel Aviv entendió el mensaje.