“Nos enfrentamos a lugares difíciles para brindar ayuda humanitaria, pero Gaza es actualmente el más peligroso, en un año en el que han muerto más trabajadores humanitarios que en ningún otro de los registrados”, declaró el lunes Tom Fletcher, tras su primer viaje a la región como jefe de Asuntos Humanitarios.
Recordó que, en enero, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) ordenó a las autoridades israelíes tomar “todas las medidas posibles” para proteger a la población palestina de la Franja de Gaza frente a presuntos abusos contemplados en la Convención sobre el Genocidio.
Pero “menos de un año después, la violencia sostenida ha convertido a Gaza en un lugar donde los civiles no tienen refugio seguro. Las escuelas, los hospitales y la infraestructura civil han sido reducidos a escombros”, denunció.
Fletcher advirtió que el norte de Gaza ha estado sometido a un asedio casi total durante más de dos meses, lo que genera el riesgo inminente de hambruna. Por su parte, el sur de Gaza enfrenta una grave superpoblación, lo que ha derivado en condiciones de vida críticas y una creciente necesidad de ayuda humanitaria, especialmente con la llegada del invierno.
En este contexto, señaló que los ataques aéreos israelíes continúan en toda Gaza, incluso en áreas densamente pobladas, incluyendo aquellas donde las propias fuerzas israelíes han ordenado el desplazamiento de civiles, causando destrucción, desplazamientos masivos y numerosas muertes. “Mientras tanto, en Cisjordania, la situación sigue deteriorándose, con el número de muertos más alto que hemos registrado”, agregó.
Durante el último año, las operaciones militares israelíes han causado la destrucción de infraestructuras esenciales, como carreteras y redes de agua, afectando gravemente a los campos de refugiados y desplazando a numerosas familias. “El aumento de la violencia por parte de colonos y las demoliciones de viviendas han generado más desplazamientos y una creciente necesidad de asistencia”, añadió. Asimismo, las restricciones de movimiento han dificultado el acceso a servicios básicos.
“Ante estos desafíos, Naciones Unidas y la comunidad humanitaria siguen trabajando para permanecer en el terreno y prestar servicios esenciales, contra viento y marea. Ayudamos a los supervivientes y continuamos buscando soluciones humanitarias prácticas”, afirmó.
Al concluir, hizo un llamado a la comunidad internacional para que defienda el derecho humanitario internacional, exija la protección de todos los civiles, la liberación de los rehenes, respalde el trabajo vital de la UNRWA y contribuya a romper el ciclo de violencia.
También rindió homenaje a los trabajadores humanitarios que, en medio de esta crisis, se esfuerzan por salvar la vida de los civiles afectados.
La agresión israelí contra Gaza comenzó en octubre del año pasado y, hasta el momento, ha dejado un saldo alarmante de más de 45 317 muertos y 107 713 heridos.
Según las autoridades palestinas, en los últimos 14 meses, Israel ha destruido el 90 % de la infraestructura civil del enclave, incluidos hospitales y escuelas.
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