“La decisión de Estados Unidos de enviar bombas de racimo a Ucrania muestra la determinación de Washington de perpetuar y complicar aún más la guerra en Ucrania”, escribió Naser Kanani, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán, en su cuenta en Twitter este domingo.
El alto funcionario iraní asegura que el envío de estas bombas —prohibidas según un convenio al que se han adherido más de 100 países del mundo— “es otro ejemplo de las acciones desestabilizadoras de Estados Unidos”.
Además, la entrega de municiones de racimo a Kiev “contribuirá indiscriminadamente a más derramamiento de sangre y destrucción”, ha lamentado el vocero persa.
EEUU prioriza asesinato de civiles a victoria de Rusia
El envío de municiones de racimo, arma sumamente peligrosa con un negro historial por causar efectos devastadores y numerosas víctimas civiles, anunciado el viernes por la Casa Blanca, formará parte de un nuevo paquete de ayudas ofensivas al país eslavo.
Tras reconocer que la entrega de municiones de racimo a Ucrania podría causar bajas civiles, el subsecretario del Departamento de Defensa sobre Asuntos Políticos de EE.UU., Colin Kahl, defendió la entrega de estas armas, argumentando que una victoria rusa en el campo de batalla es peor que el peligro que correrían los civiles por el uso de este tipo de municiones.
En una entrevista con la cadena CNN, el presidente estadounidense, Joe Biden, a su vez, justificó la controvertida medida —que se ha enfrentado al rechazo de los propios aliados de Washington como Canadá, España y el Reino Unido— diciendo que los ucranianos “se están quedando sin munición” y “necesitan” estas armas.
Rusia alerta que usar estas bombas provocaría una tercera guerra mundial, peor aún, un “Armagedón nuclear”, y prometió responder al suministro de este armamento letal.
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