“Irán considera prohibida la adquisición y el uso de armas nucleares… pero, al mismo tiempo, insiste en su derecho al uso pacífico de la energía nuclear, incluido el enriquecimiento”, ha destacado este sábado Seyed Abás Araqchi, durante la cuarta ronda de conversaciones entre Irán y los países árabes, titulada ‘Relaciones sólidas y beneficios mutuos’, celebrada en Doha, capital de Catar.
Tras subrayar que las armas de destrucción masiva no tienen cabida en la doctrina de seguridad de Irán, ha instado a los países occidentales —y a todos aquellos que se oponen a las armas nucleares— a evitar los “dobles raseros”.
Ha señalado que no se puede, por un lado, expresar preocupación por el programa nuclear pacífico de Irán y de otros países de la región, y, por otro lado, “permitir que un régimen ocupante, agresivo y genocida posea un gran arsenal de armas nucleares”.
El canciller iraní ha puesto de relieve que, si el objetivo de estos diálogos indirectos entre Irán y Estados Unidos es alcanzar un acuerdo para garantizar que “Irán no adquirirá armas nucleares”, dicho acuerdo “está totalmente a nuestro alcance”.
Araqchi ha recalcado que, si el propósito de estas negociaciones es “privar a Irán de sus derechos nucleares y plantear otras demandas irrealistas e ilógicas”, entonces debe afirmarse con claridad que Irán no renunciará, bajo ninguna circunstancia, a ninguno de los derechos de la orgullosa nación iraní.
Israel es fuente de amenaza en la región
Al referirse a la campaña de genocidio israelí en la Franja de Gaza, lanzada en octubre de 2023 y que ha causado la muerte de más de 52 800 palestinos, ha señalado que la entidad sionista “es la fuente más importante de amenaza para la paz en la región”.
Respecto al apoyo de Washington a Israel, Araqchi ha destacado que Estados Unidos es “cómplice y compinche” de Tel Aviv en las atrocidades que se cometen actualmente en el enclave costero.
En relación con la causa palestina, el jefe de la diplomacia iraní ha enfatizado que “el cese del genocidio en Palestina y la prevención del proyecto de aniquilación de la nación palestina deben ser una responsabilidad jurídica, moral, religiosa y estratégica de todos los países islámicos”.
Además, ha aseverado que Israel, durante ocho décadas, ha sido constantemente una “fuente de inseguridad, amenazas y guerras” para los países de la región, y que actualmente sus agresiones se extienden a países como Líbano, Siria y Yemen. “No cabe ninguna duda de que el objetivo de estas agresiones es la destrucción y el debilitamiento de los países islámicos, así como la ocupación del mayor territorio posible en la región”, ha añadido.
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