Un equipo de científicos de la Universidad de Lancaster, en Reino Unido, ha centrado su atención en los patrones respiratorios como un posible marcador temprano de la enfermedad.
En su estudio, analizaron a 19 pacientes con Alzheimer y a 20 personas sanas, evaluando su oxigenación cerebral, actividad neuronal y funciones cardiorrespiratorias, según informes.
El hallazgo más relevante del estudio fue que los pacientes con Alzheimer presentaban una frecuencia respiratoria más alta en comparación con el grupo sano: 17 respiraciones por minuto frente a 14.
Esta diferencia sugiere que el cerebro de los afectados podría no estar recibiendo suficiente oxígeno debido a alteraciones en el flujo sanguíneo o cambios vasculares.
“Probablemente, refleje una inflamación, quizá en el cerebro, y una vez detectada pueda tratarse y prevenir casos graves en el futuro”, señala la biofísica y autora principal de la investigación, Aneta Stefanovska.
La enfermedad de Alzheimer es un trastorno cerebral que destruye lentamente la memoria y la capacidad de pensar y, con el tiempo, la habilidad de llevar a cabo hasta las tareas más sencillas.
En los pacientes que padecen esta enfermedad, la sincronización entre la actividad neuronal y el flujo sanguíneo no funciona adecuadamente, lo que disminuye el aporte de oxígeno al cerebro.
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