2023 se acaba, pero con una serie de eventos importantes. Su inicio fue doloroso con el terremoto que azotó al país el 6 de febrero y causó la muerte y heridas de miles de personas, provocando gran destrucción en varias ciudades y profundizando el sufrimiento de los sirios.
Mayo fue un mes primordial con la primera visita de un mandatario iraní a Siria desde el inicio de la guerra en 2011. El presidente Seyed Ebrahim Raisi, llegó a Damasco en una visita calificada de histórica.
La apertura hacia Siria continuó con la participación del presidente Bashar al-Asad en la cumbre árabe por primera vez desde 2010, marcando el regreso de Damasco a su entorno árabe. Otra vez, Al-Asad participó en noviembre en la cumbre conjunta árabe- islámica, sobre la situación en Palestina en la capital saudí, Riad. Los cancilleres de Egipto, Jordania, Túnez, Arabia Saudí y El Líbano, visitaron al país en una prueba de esta apertura.
Este año no trajo ningún avance significativo en el proceso de normalización de relaciones sirio-turcas, a excepción de la reunión en Moscú de los ministros de Defensa y jefes de Inteligencia de Turquía, Rusia, Irán y Siria. El expediente volvió al estancamiento después de las elecciones presidenciales turcas. En el plano exterior, la visita del presidente Bashar Al-Asad a China fue la más destacada de 2023 y un paso en el camino hacia la apertura verdadera.
El enemigo israelí continuó sus agresiones contra Siria. Los ataques se intensificaron tras la operación Tormenta de Al-Aqsa y el papel del Eje de la Resistencia en apoyo a Palestina. En respuesta, las bases estadounidenses en el país fueron atacadas en distintas ocasiones. A nivel económico, el país sigue viviendo una crisis a consecuencia de la Ley César y del desastre del terremoto.
Bashar Barazi, Damasco.
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