"Existen tensiones claramente alrededor de las islas del mar de China Meridional", precisó el lunes por la noche el nuevo primer ministro australiano, Malcolm Turnbull, en declaraciones vertidas en la radiotelevisión pública australiana ABC (Australian Broadcasting Corporation).
Hay que asegurarse de que la emergencia de China (...) se haga de tal manera que no perturbe la seguridad y la armonía relativa de la región, de la que depende la prosperidad china, dijo el nuevo primer ministro australiano, Malcolm Turnbull.
El mar de China Meridional es una extensión muy disputada del océano Pacífico. Pekín reclama casi un 90 % de los territorios; varios países, entre ellos Filipinas, Vietnam, Malasia y Brunéi, también tiene reclamaciones territoriales.
"Hay que asegurarse de que la emergencia de China (...) se haga de tal manera que no perturbe la seguridad y la armonía relativa de la región, de la que depende la prosperidad china", agregó Turnbull.
A su juicio, la estrategia de Pekín en el mar de China Meridional es totalmente "contraproductiva", ya que según insistió, acerca a los pequeños países de la zona hacia Estados Unidos.
El Gobierno chino está construyendo islas artificiales en el mar de China Meridional y argumenta que se ubican en su propio territorio. No obstante, EE.UU. considera que estas islas artificiales están dentro de las aguas internacionales y no las reconoce como parte de la soberanía territorial de China.
Pekín, en reiteradas ocasiones, ha acusado a Washington de tratar de dominar este mar y militarizar la zona. El 18 de septiembre, la Cancillería china advirtió a Estados Unidos que evite acciones provocativas en el Mar de China Meridional y no se inmiscuya en estos asuntos.
El conflicto entre Pekín y Washington aumentó después de que, en noviembre de 2013, China declarara una expansión de la zona de identificación de defensa aérea (ADIZ, por sus siglas en inglés), que incluye los cielos de las islas.
Mientras China vigila con preocupación las maniobras conjuntas de sus países vecinos con EE.UU., Washington pretende plantear discrepancias territoriales de los países de la región como una excusa para justificar su presencia militar.
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