En un comunicado, el Movimiento de la Resistencia Islámica del Líbano (Hezbolá) ha calificado la decisión de despojar al Líbano del arma de la resistencia contra el enemigo israelí como un “error catastrófico”.
Hezbolá subrayó que esta medida debilita la capacidad del país y su posición ante la agresión en curso, y otorga a “Israel” lo que no pudo conseguir durante su ofensiva contra el Líbano, cuando la Resistencia le obligó “Israel” a detener su agresión y retirarse.
“La decisión del gobierno es una violación clara del pacto”
Hezbolá afirmó que esta decisión representa “una clara violación del pacto nacional”, además de contradecir la declaración ministerial del gobierno, que en su párrafo quinto estipula su compromiso, conforme al Acuerdo de Taif, de adoptar todas las medidas necesarias para liberar todos los territorios libaneses ocupados por Israel y extender la soberanía del Estado sobre todo su territorio exclusivamente con sus propias fuerzas, además de desplegar al ejército libanés en la frontera reconocida internacionalmente.
El comunicado añadió que “preservar la fuerza del Líbano y el arma de la resistencia forma parte de la fortaleza del país”, y que “fortalecer y armar al ejército libanés es una de las medidas necesarias para expulsar al enemigo, liberar el territorio y protegerlo”.
Hezbolá explicó que esta decisión fue el resultado de presiones directas del enviado estadounidense Thomas Barak, como se evidenció explícitamente en las deliberaciones del Consejo de Ministros, donde el primer ministro Salam anunció que el Consejo “decidió continuar el debate sobre el documento estadounidense el próximo jueves, y encargó al ejército libanés elaborar un plan de implementación para restringir las armas antes de fin de año”, lo cual “sirve completamente los intereses de Israel y deja al Líbano expuesto ante el enemigo sin ningún poder de disuasión”.
“Hezbolá tratará la decisión del gobierno como si no existiera”
“Lo que decide hoy el gobierno forma parte de una estrategia de rendición y elimina abiertamente los pilares de la soberanía nacional”, ha indicado el comunicado.
Hezbolá aseguró que la retirada de sus ministros y de los ministros del Movimiento Amal de la sesión del gobierno fue “una clara expresión de rechazo a la decisión y al intento de imponer condiciones a la resistencia, que representa a amplios sectores del pueblo libanés en sus distintas regiones, confesiones y partidos”.
Añadió que esta salida también refleja “un amplio rechazo popular a someter al Líbano a la tutela estadounidense y a la ocupación israelí”.
El partido subrayó que esta decisión “atenta contra la soberanía del Líbano” y “deja las manos libres a Israel para amenazar su seguridad, geografía, política y su futuro como nación”, afirmando con contundencia que la tratará “como si no existiera”.
“Hezbolá está abierto al diálogo”
Por otro lado, Hezbolá expresó su disposición al diálogo, al fin de la agresión israelí contra el Líbano, a la liberación de la tierra y de los prisioneros, a la construcción del Estado y a la reconstrucción de lo destruido por la agresión. Anunció su disposición a discutir una estrategia nacional de seguridad, pero no bajo la presión del conflicto.
Hezbolá concluyó su comunicado reafirmando que, antes de todo, debe cumplirse el alto el fuego por parte de Israel, y que el gobierno debe dar prioridad a “adoptar todas las medidas necesarias para liberar todos los territorios libaneses del ocupante israelí”, tal como está estipulado en su declaración ministerial.
El martes, el líder de Hezbolá, el sheij Naim Qasem, subrayó que el movimiento se niega a entregar las armas mientras Israel mantenga sus ataques.
Hezbolá se formó en 1982 con el mandato de defender al país frente a la ocupación del régimen de Israel, así como frente al creciente impulso expansionista regional de Tel Aviv.
Desde entonces, tanto la entidad sionista como Estados Unidos, su mayor partidario, han aumentado la presión sobre el país para que se desarme el movimiento.
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