Así lo ha confirmado este miércoles el ministro de Asuntos Exteriores británico, David Lammy, ante el comité de relaciones internacionales de la Cámara de los Lores.
Se trata de la primera vez que Londres reconoce públicamente su implicación en un proceso de diálogo con París sobre un posible reconocimiento coordinado. La iniciativa, impulsada junto a Riad, busca revitalizar la vía diplomática hacia una solución de dos Estados en Asia Occidental, en un contexto marcado por la parálisis política y el recrudecimiento de la violencia en los territorios ocupados.
“El Reino Unido desea reconocer al Estado palestino en un momento que tenga un impacto real sobre el terreno, y no como un gesto simbólico”, afirmó Lammy, quien consideró que los recientes reconocimientos unilaterales por parte de países europeos como España, Irlanda y Noruega no han tenido efecto alguno en la dinámica del conflicto.
El jefe de la diplomacia británica insistió en que el reconocimiento no debe ser “un fin en sí mismo”, sino un paso dentro de un proceso político hacia la coexistencia de dos Estados. “Nadie tiene derecho a vetar cuándo el Reino Unido reconoce al Estado palestino”, sentenció.
La posibilidad de un reconocimiento coordinado por parte del Reino Unido y Francia —ambos miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU— tendría un fuerte peso simbólico y diplomático. Sin embargo, la iniciativa aún enfrenta importantes obstáculos, entre ellos la oposición frontal del régimen israelí y la falta de consenso sobre las condiciones del reconocimiento.
La especulación creció tras el regreso del presidente Emmanuel Macron de un viaje a Egipto el pasado 9 de abril, cuando sugirió que Francia podría reconocer a Palestina durante la conferencia de junio.
Lammy, denunció la “horrenda” situación humanitaria en Gaza debido al bloqueo israelí a la entrada de ayuda.
Con la visita del expresidente estadounidense Donald Trump a Arabia Saudí prevista para este mes, el futuro del proceso podría ganar tracción diplomática. Riad ha dejado claro que no habrá normalización con Israel sin un camino creíble hacia la paz.
Francia, sin embargo, se enfrenta a su propio dilema. Según Michel Duclos, asesor del think tank Institut Montaigne, la credibilidad de París está en juego: “¿Puede seguir aplazando el reconocimiento de Palestina mientras espera un impulso que no llega? ¿O terminará erosionando su liderazgo si continúa demorándolo?”.
La conferencia de junio podría convertirse en un momento decisivo, no solo para Palestina, sino para la arquitectura diplomática de todo Asia Occidental.
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