La vida de la familia Al-Kafaraneh en la Franja de Gaza se ha convertido en una calamidad, solo intentan calmar el hambre de los niños... En Gaza no hay comida, ni agua. Nada llega, ni siquiera ayuda, debido al asedio israelí, de dos meses.
Ante esto las reacciones son numerosas. La ONU ha sido la primera en responder. Rechaza el nuevo plan del régimen israelí para reanudar la entrega de ayuda humanitaria, que propone establecer centros de distribución en la franja palestina.
Tras más de 19 meses de guerra genocida, el régimen sionista busca una limpieza étnica, como denuncian organizaciones humanitarias, utilizando el hambre como arma y como pretexto para someter a dos millones de palestinos.
La crítica escasez de recursos ha alcanzado tal gravedad que, solo en 60 días, casi medio millón de personas se han visto forzadas a huir hacia refugios, mientras Israel convierte sus tierras en cementerios y familias como la de Al-Kafaraneh, intentan sobrevivir a las bombas y a la hambruna.
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