El 2 de noviembre, fue declarado por la ONU como el Día Internacional contra la impunidad en crímenes contra periodistas, recordando que Gaza es hoy la zona más peligrosa para la vida de los representantes de la prensa, ante los sistemátícos crímenes de guerra del régimen de Israel. El objetivo está muy claro: proteger a los periodistas y llevar a los responsables de estos crímenes ante la justicia.
Según la Unesco, entre 2006 y 2025, más de 1800 periodistas han sido asesinados en todo el mundo. En el 90 % de los casos, nadie ha sido juzgado. Esta cifra revela no solo la debilidad de los sistemas judiciales, sino también la impunidad sistemática de los crímenes contra los comunicadores.
En Gaza, la situación es aún más grave: más de doscientos cincuenta periodistas han sido asesinados en menos de dos años.
Una experiencia compartida también por Ali Mohaqeq, quien, con 24 años de trayectoria periodística, ha documentado múltiples escenarios de guerra en la región. Pasando por los pasillos del museo de arte contemporáneo palestino, el comunicador recuerda esos días.
Para él, como para Meysam y muchos otros, lo que ocurre en las zonas de conflicto promovidas por Israel tiene un objetivo claro: silenciar a las voces disidentes. Una realidad confirmada por Naser Ashkriz, quien recuerda el ataque directo israelí contra la Organización de Radio y Televisión de Irán durante la ofensiva de 12 días contra el país persa.
Expertos coinciden en que el respaldo firme y la presión constante de la comunidad internacional son fundamentales para fortalecer los mecanismos de rendición de cuentas, porque cuando se mata a un periodista, no solo se apaga una voz, se intenta silenciar el derecho de todos a saber.
Samaneh Kachui, Teherán
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