“La agresión de Estados Unidos definitivamente no nos disuadirá de seguir apoyando a Gaza hasta que se detenga la agresión y se levante el asedio”, subrayó el viernes el movimiento popular yemení Ansarolá a través de un comunicado emitido por la cadena Al-Masirah.
La nota deja en claro que las agresiones estadounidenses contra el pueblo yemení “no quedará sin respuesta” y avisó la disposición de Ansarolá de “pasar al nivel más extremo de escalada para infligir dolor al enemigo estadounidense”.
Ansarolá asegura que la escalada de Estados Unidos contra el pueblo yemení y sus infraestructuras se produce en el contexto de la firme posición de Yemen de apoyar a Gaza y a la causa palestina.
En cuanto a los ataques recientes de Washington contra el puerto petrolero de Ras Issa, situado en la gobernación de Al-Hudayda, en el oeste de Yemen, Ansarolá afirma que “expone cada vez más la falsa retórica humanitaria de Occidente y la llamada comunidad internacional”.
Estados Unidos, por medio de sus ataques a infraestructura vital, como el puerto de Ras Issa, busca “asfixiar al pueblo yemení e impedir que lleguen alimentos, médicos y otros suministros”, advierte Ansarolá.
Al denunciar las agresiones estadounidenses contra civiles, califica de “una violación flagrante de las leyes y normas humanitarias internacionales” el bombardeo que mató e hirió a trabajadores y paramédicos en el puerto petrolero de Ras Issa.
La nota señala que el crimen de guerra de Estados Unidos en Al-Hudayda revela la magnitud del abyecto fracaso de las operaciones de Washington contra la nación yemení.
En un esfuerzo por detener las operaciones de Yemen contra Israel, Estados Unidos ha intensificado las últimas semanas sus ataques contra el país árabe, iniciados por orden directa del presidente Donald Trump.
A pesar de estos ataques, las Fuerzas Armadas de Yemen continúan sus operaciones de apoyo a la Resistencia y al pueblo palestino en la bloqueada Franja de Gaza, llevando a cabo ataques únicos que han alcanzado el corazón de los territorios ocupados, barcos vinculados al régimen sionista, e incluso buques de guerra estadounidenses en el mar Rojo y el océano Índico, además de derribar varios drones avanzados estadounidenses.
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