lunes, 30 de marzo de 2015 3:15

Los siete años de crisis económica y los duros recortes le han quitado el velo a una dura realidad que empieza a ser visible en España: la desigualdad.

Durante años permaneció escondida tras la prosperidad generalizada y las vertiginosas cifras de crecimiento. Ahora se muestra en su forma más descarnada, contrastando con el discurso oficial de recuperación.

Una de cada cuatro personas que quieren trabajar está en paro, y uno de cada tres desempleados no cobra prestación. Entre los jóvenes, uno de cada dos carece de trabajo. En el país se efectúan 120 desahucios al día, y casi dos millones y medio de niños viven por debajo del umbral de pobreza.

Todos estos datos, entre otros muchos, han hecho que España se gane un sonado suspenso en el índice de justicia social de la Unión Europea (UE).

Pero hay un dato que se eleva por encima del resto y sintetiza el alcance real del problema: El 1 por ciento de la población española acapara el 27 por ciento de la riqueza. Este hecho no solo retrata los efectos de la crisis económica y las políticas de austeridad. También cuestiona la viabilidad del modelo económico sobre el que España ha construido su desarrollo.

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