Nueve altos funcionarios estadounidenses confirmaron que el entonces presidente Joe Biden no ejerció una presión real sobre el régimen de Tel Aviv, incluso cuando el número de muertos palestinos superaba esos días los 30 000, mientras el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, rechazaba sistemáticamente cualquier movimiento serio hacia un alto el fuego, según reportes del Canal 13 israelí.
El 19 de enero pasado se logró un acuerdo de alto al fuego, en vigor durante dos meses y luego saboteado por Netanyahu, en línea con su postura de extender la guerra como estrategia de supervivencia política. En efecto, el 18 de marzo reanudaron los ataques a la Franja, que ya han causado la muerte a 52 314 palestinos desde octubre de 2023.
El informe del Canal 13 citó al exembajador israelí en Washington, Michael Herzog, quien afirmó que “Dios le hizo un favor [al régimen] al permitir que Biden fuera presidente durante este período”, pues su administración durante más de un año nunca exigió enérgicamente una tregua. “Nunca lo hizo. Y eso no es algo que se pueda dar por sentado”, refirió el diplomático.
Lejos de presionar legítimamente para detener la masacre, el gobierno de Joe Biden suministró grandes cantidades de material bélico a Tel Aviv. Reportes de junio de 2024 mencionaban por ejemplo cargamentos de bombas y suministros de cazas F-15 por parte de Washington, mientras en octubre, a un año de la guerra, mencionaban un gasto estadounidense de 17 900 millones de dólares en ayuda militar a Israel.
Los informes del medio hebreo también documentaron que el ex asesor de seguridad nacional de Estados Unidos Jake Sullivan fue partidario, junto al exembajador de EE.UU. en Tel Aviv Tom Nides, de mantener el respaldo de La Casa Blanca al régimen sionista, pese a la creciente crisis humanitaria en Gaza.
Sin embargo, un alto funcionario de EE.UU. describió el genocidio como “matar y destruir por el mero hecho de matar y destruir”, refiriéndose a la naturaleza puramente indiscriminada de la guerra, cuya mayoría de víctimas han sido mujeres y niños.
La investigación del Canal 13 también afirma que los funcionarios israelíes extendieron deliberadamente la guerra, anticipando una postura más favorable de la administración entrante de Donald Trump, pues pretendían aprovechar la transición política en Washington para afianzar la duración y severidad de la campaña genocida.
Organizaciones internacionales han condenado la ausencia de acción para frenar la masacre, pero estos llamados hasta el momento han sido inútiles.
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