Por primera vez tras semanas de una guerra de tarifas entre China y EE.UU., este último ha decidido poner los aranceles sobre la mesa de diálogo. Esto ocurre después de que altos funcionarios estadounidenses, encabezados por Donald Trump, anunciaran que las negociaciones serán celebradas en Suiza entre el 9 y el 12 de mayo. Participarán el secretario del Tesoro de Estados Unidos y el viceprimer ministro de China, con el objetivo de discutir ajustes arancelarios.
Poco después, la cancillería de la mayor economía asiática reacciona a las palabras del inquilino de la Casa Blanca. Detalla que altos funcionarios estadounidenses han pedido repetidamente la posibilidad de ajustar las medidas arancelarias.
Asimismo, advierte que cualquier acuerdo debe fundarse en el respeto mutuo y el beneficio recíproco para tener alguna posibilidad de éxito. Sin embargo, precisa que Pekín está evaluando cuidadosamente los mensajes provenientes de Washington.
Si bien acepta reunirse, el gigante asiático emite una severa alerta contra cualquier intento de engaño por parte de Estados Unidos. Asevera que, si Washington intenta utilizar las negociaciones como pretexto para continuar con tácticas coercitivas, China jamás aceptará ni sacrificará sus principios. Las conversaciones serán observadas atentamente, ya que podrían ser crucial para evaluar la posibilidad de reducir las tensiones económicas que se han intensificado entre las dos principales economías del mundo.
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