• Migrantes venezolanos varados en la frontera sur de México tras las restricciones del presidente estadounidense, Donald Trump. (Foto: EFE)
Publicada: sábado, 10 de mayo de 2025 15:40

La política migratoria estadounidense de línea dura reinstaurada por el gobierno de Donald Trump, comienza a mostrar consecuencias dramáticas.

De acuerdo con un reporte de la cadena CNN, al menos siete personas migrantes indocumentadas han muerto bajo custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE.UU. (ICE, por sus siglas en ingles) en lo que va del año fiscal 2025, un incremento que alimenta la preocupación por el trato a los migrantes detenidos.

La cifra actual de los 4 meses del año 2025, iguala ya al total registrado en todo el último año 2024, cuando 12 personas fallecieron entre cerca de 38 000 detenidos.

Diversas organizaciones han alertado sobre violaciones a los derechos humanos, negligencia médica y condiciones inadecuadas en centros de detención migratoria de EE.UU., aspectos que podrían estar vinculados al incremento de muertes bajo custodia.

“El uso de la detención como herramienta disuasoria es inaceptable. La vida y dignidad de las personas migrantes debe ser protegida, no sacrificada en aras de un control arbitrario”, denunció un portavoz de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés).

 

Uno de los casos más recientes de migrantes que perdieron la vida durante su detención en EE.UU. fue el de Marie Ange Blaise, ciudadana haitiana de 44 años, bajo custodia del ICE.

Ella fue declarada fallecida por profesionales médicos en el Centro de Transición Broward en Pompano Beach, Florida, el 25 de abril a las 8:35 p. m. La causa de su muerte está bajo investigación.

Desde su regreso al poder, Donald Trump ha intensificado las medidas restrictivas hacia la población migrante. El ICE ha detenido a más de 66 000 personas sin estatus legal y deportado a más de 65 000, según cifras oficiales hasta el 29 de abril 2025.

Entre las políticas más polémicas figura el ofrecimiento de un pago de 1000 dólares a personas indocumentadas para fomentar la “autodeportación”, lo que ha sido calificado por organizaciones de derechos humanos como una forma de coerción encubierta que ignora el principio de no devolución y las garantías de asilo.

Además, el Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU. revocó permisos migratorios de cerca de un millón de personas que habían ingresado por medio de la aplicación CPB One, lanzada durante el mandato de Biden como un intento de gestión ordenada del flujo migratorio.

El sistema CBP One, se basaba en una aplicación móvil para que los solicitantes de asilo pudieran agendar citas de manera electrónica, fue eliminado por el gobierno estadounidense.

Las deportaciones masivas de migrantes desde EE.UU. siguen siendo noticia. Esta política segregacionista de Trump ha llegado incluso a separar madres de sus bebés.

Tras condenables hechos como enviar ilegalmente a venezolanos a una prisión de El Salvador, el ICE ha tomado otra escandalosa decisión al separar niños pequeños de sus padres, una de ellas de 1 año y todavía lactante.

La presión en la frontera sur de EE.UU. también ha escalado y la presencia de tropas en la frontera con México continuará al menos por dos años más, un indicio de la visión securitaria y de contención que la administración Trump está imponiendo.

En paralelo, el gobierno estadounidense enfrenta presiones internas e internacionales para revisar su política migratoria, ante una región marcada por crisis humanitarias, violencia estructural y desplazamiento forzado en países como Venezuela, Haití, Cuba, Honduras y Guatemala.

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