La organización palestina Al-Haq han iniciado una acción legal contra el Departamento de Comercio e Industria británico por suministrar componentes de estos aviones de guerra a la entidad sionista, argumentando que estas aeronaves han provocado una destrucción significativa en la Franja de Gaza.
El primer ministro británico, Keir Starmer, se presentará esta semana ante el Tribunal Superior para esclarecer la exportación de dichas piezas a los territorios ocupados.
Según el diario local The Financial Times, el Gobierno laborista suspendió el pasado mes de septiembre algunas licencias de exportación al régimen israelí relacionadas con armas utilizadas en sus ataques a la Franja de Gaza después de que investigaciones revelaran posibles violaciones del derecho internacional humanitario por parte de Israel.
Sin embargo, las piezas relacionadas con el avión de combate Lockheed Martin F-35 Lightning II que no fueron enviadas directamente a los territorios ocupados quedaron exentas. Los funcionarios británicos argumentaron que suspender el suministro de las piezas críticas podría perjudicar el mantenimiento y la operación de los F-35 en otros países. El Gobierno británico afirma que su decisión de no suspender todas las licencias de exportación de armas fue “legal y justificada”.
Los demandantes afirman que la decisión viola las obligaciones legales internacionales del Reino Unido, incluido el deber de prevenir el genocidio. En documentos judiciales se argumenta que Londres sigue permitiendo la exportación de piezas de los aviones de combate F-35, responsables de una destrucción significativa en Gaza.
Además, subrayan que el razonamiento del Gobierno británico para excluir la exportación de dichas piezas fue incompleto e ilógico. Argumentan que si existe un riesgo serio de que ocurra el genocidio, el Gobierno del país europeo deber prevenirlo.
Dicen que Londres tiene el deber de respetar y garantizar el cumplimiento de las Convenciones de Ginebra que protegen a los civiles en zonas de guerra “en todas las circunstancias”.
Tras la revelación de las mentiras de Londres sobre el envío de bombas y misiles al régimen israelí bajo la apariencia de “equipo de defensa”, el secretario de Asuntos Exteriores británico, David Lammy, ha sido acusado de engañar a los miembros del Parlamento, y los legisladores británicos han escrito una carta exigiendo su rendición de cuentas, y algunos han pedido su dimisión.
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